By Tom Tracy - Florida Catholic
Photography: TOM TRACY | FC
FORT LAUDERDALE | Admitiendo no ser un gran fanático de las agujas y las inyecciones, el Arzobispo de Miami Thomas Wenski hizo un gesto de dolor al convertirse en uno de los primeros habitantes del Sur de La Florida, y posiblemente en el primer obispo de Estados Unidos, en recibir la vacuna contra el COVID-19.
Las autoridades de salud pública de La Florida administraron las vacunas contra el COVID-19, el 16 de diciembre de 2020, en el Centro de Cuidados Médicos St. John's, ubicado cerca de Fort Lauderdale, en el campus norte de Catholic Health Services de la Arquidiócesis de Miami. Esto marcó el inicio de una campaña de vacunación que se extenderá inicialmente a miles de trabajadores de la salud del estado, a los socorristas y al personal de los hogares de ancianos y otras instalaciones de atención residencial.
Al personal de St. John y a los residentes de los asilos se les ofreció la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech, que la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos autorizó para su uso de emergencia, el 11 de diciembre de 2020.
"Siempre le he tenido miedo a las agujas, y como cualquier persona no estoy hecho para el dolor", dijo el Arzobispo Wenski con una sonrisa antes de ser examinado y luego se le inyectó una dosis de la vacuna en el vestíbulo del Centro de Cuidados Médicos St. John. El Arzobispo dijo que vino a dar el ejemplo de que el esfuerzo de vacunación es un bien común y una forma moralmente aceptable para que los católicos ayuden a combatir la pandemia del COVID-19 en constante expansión.
"Hoy quise mostrar, en primer lugar, que tenemos confianza en la vacuna y que no tenemos ninguna preocupación ética sobre ella", dijo el Arzobispo Wenski. "Espero que mi iniciativa anime a otras personas a recibir la vacuna a medida en que esté disponible para todos".
"Los Obispos de los Estados Unidos han dado una explicación muy detallada de por qué no tenemos ninguna preocupación ética sobre estas vacunas en particular, y animaremos a todos a ponérselas, porque incluso las personas que no tienen mucho que temer a la infección — si no están en alto riesgo y si están sanas o si su edad demográfica es tal que esperarían recuperarse fácilmente — el hecho de que se vacunen es un beneficio para los que les rodean, de modo que no puedan ser responsables de que otros se contagien con el virus", dijo el Arzobispo.
Recientemente, los Obispos de los Estados Unidos abordaron las preocupaciones morales planteadas por la conexión de las vacunas Pfizer y Moderna con las líneas celulares que se originaron con tejidos tomados de abortos en los años 70.
Sin embargo, esta conexión con líneas celulares moralmente comprometidas es remota, y la situación de la salud pública es demasiado grave para rechazar las vacunas, dijo el Obispo Kevin C. Rhoades de Fort Wayne-South Bend, Indiana, presidente del Comité de Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, y el Arzobispo Joseph F. Naumann de Kansas City, Kansas, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
Cada estado tiene un plan de distribución para administrar las vacunas —la de Moderna también recibió la aprobación. Las directrices nacionales requieren que los trabajadores de la salud y los que están en hogares de ancianos e instalaciones de cuidados a largo plazo sean los primeros en la fila para ser inmunizados.
Las residencias de ancianos y los proveedores de atención médica están en el primer nivel de La Florida para el despliegue de la vacunación.
"Como hemos aprendido antes, otros tipos de vacunas han hecho grandes cosas para protegernos a lo largo de los años", dijo el Arzobispo Wenski.
Catholic Health Services, que opera 38 instalaciones en los condados de Broward y Miami-Dade, y otras agencias de la Arquidiócesis de Miami alentarán a su personal y a los residentes del programa a ponerse la vacuna contra el COVID-19, agregó.
La Arquidiócesis tiene miles de empleados, residentes y trabajadores de primera línea en los hogares de ancianos y hospitales de rehabilitación de la Arquidiócesis, instalaciones de vivienda asistida, viviendas para ancianos, así como personal y profesores de escuelas católicas que pronto tendrán acceso a las vacunas, según el Arzobispo Wenski.
"Esta es la primera vacunación en la Arquidiócesis que yo sepa", añadió, señalando que el Hospital Jackson Memorial de Miami fue el anfitrión de otro despliegue de vacunación contra el COVID-19 esta semana.
Joseph Catania, presidente y director ejecutivo de Catholic Health Services, señaló que todos los residentes y el personal de las instalaciones de CHS estarán entre los primeros en recibir la vacuna contra el COVID-19.
En el Centro de Cuidado Médico St. John, unos 120 empleados y 82 pacientes fueron vacunados el 16 de diciembre.
"Esto es realmente una bendición, un gran regalo de Navidad ya que el CHS cuida de 5,000 residentes ancianos diariamente y su edad promedio es de 75 años. Y como todos saben, si alguien en ese grupo de edad se contagia, la tasa de mortalidad por COVID es del 82 por ciento, por lo que estamos realmente muy contentos por la Operación Warp Speed y con el estado de La Florida por darnos esta oportunidad de vacunar a todos", dijo Catania.
La vacuna Pfizer-BioNTech es una inyección de dos dosis separadas por tres semanas. El Departamento de Salud de La Florida indicó que el suministro de la vacuna llegó sólo un día antes, el 15 de diciembre, señaló Catania. El departamento de salud del estado y la Guardia Nacional de La Florida administraron la vacuna en varias estaciones de las instalaciones de CHS.
Catania dijo que la agencia ha tenido un programa de control de infecciones muy fuerte que permitió un medio seguro para que la familia y los seres queridos visiten a los parientes que residen en las viviendas para ancianos del CHS.
"Cualquiera que contraiga el COVID es separado de la población general y colocado en un área de aislamiento. También hemos realizado más de 30,000 pruebas de COVID en los últimos nueve meses a los pacientes y al personal", dijo Catania. "Cada uno de nuestros trabajadores ha sido examinado 15 veces, y cada uno de nuestros residentes ha sido examinado 16 veces durante los últimos nueve meses. También hemos examinado a 135,000 personas que han entrado al centro durante ese tiempo".
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