By Florida Catholic staff - Florida Catholic
Seojin Kwon, 6, looks up at her aunt, Elizabeth Cho, while waiting to bring up the offertory gifts. Both are members of the Korean Apostolate.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Halina Elliott, a member of Polish Apostolate, offers roses to Archbishop Thomas Wenski during the offertory.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Nanehemi Bernard, a Haitian-American, and Cristina Franco, a Filippino-American, hold hands during The Lord's Prayer.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Haitian-Americans sing during the Mass.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Oby Okany, a Nigerian-American, plays the Udu at the conclusion of the Mass.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Myriam Mezadieu, administrator, and Randy McGrorty, supervising attorney of Catholic Legal Services, far left, pose for a photo with Archbishop Thomas Wenski, Father Jets Medina, newly appointed director of the Ministry to Cultural Groups, and Father Richard Vigoa, the archbishop's priest-secretary, at the reception which followed the Mass.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Maria and Krzysctof Poprawski hold the Polish flag as their grandchildren, Madeline Poprawski, 4, and Oscar Poprawski, 3, sing along with a group performing the Polish national anthem.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Anjana Deepu, 15, performs along with other members of Our Lady of Health dance group during the reception that followed the Mass.
Archbishop Thomas Wenski celebrated the annual Migration Mass at St. Mary's Cathedral on the feast of the Epiphany, Sunday, Jan. 3.
Photography: MARLENE QUARONI | FC
MIAMI | Hablando muchas lenguas y vistiendo con los colores del arco iris, los miembros de la docena o más de los grupos culturales no hispanos de la Arquidiócesis, se reunieron el 3 de enero, en la Catedral St. Mary para la Misa anual, dando inicio así, a la Semana Nacional de Migración.
El Arzobispo Thomas Wenski fue el celebrante principal de la Misa. Estuvo acompañado por el P. Jets Medina, un sacerdote arquidiocesano de origen filipino, que recientemente fue nombrado director del Ministerio de Grupos Culturales. También concelebraron los sacerdotes capellanes de los diversos grupos étnicos y ling�ísticos, entre ellos, los coreanos, vietnamitas, chinos, brasileños, polacos, hindúes, nigerianos y filipinos.
"La festividad de hoy, la Epifanía celebra la inclusión absoluta de Dios", dijo el Arzobispo Wenski en su homilía. "Dios, que se convierte en nuestra carne en el niño nacido en Belén, no sólo es el Señor del pueblo elegido, sino también, es el Señor de todos los pueblos, judíos y gentiles".
Agregó que "en la Iglesia no hay fronteras �todas las personas pueden encontrar una casa en su seno", y resaltó la propia historia de Miami, de acoger a los inmigrantes. "Hoy celebramos como la presencia de los inmigrantes y de sus hijos han enriquecido nuestras parroquias y nuestras comunidades".
"Forastero y me acogisteis", es el lema de la Semana Nacional de Migración de este año, que comenzó con la celebración de la fiesta de la Epifanía del Señor, el 3 de enero, y continuará hasta el 9 de enero.
La celebración ofrece una oportunidad de crear conciencia sobre las dificultades que enfrentan los migrantes, incluyendo a los niños, los refugiados y las víctimas del tráfico humano.
De acuerdo con los obispos estadounidenses, la llamada a acoger al extranjero juega un papel importante en la vida de los fieles cristianos y tiene un lugar particularmente central en el Año de la Misericordia.
"La gente a menudo olvida que la propia Sagrada Familia era refugiada, que huyeron a Egipto", dijo el obispo Eusebio Elizondo, Obispo Auxiliar de Seattle y presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos estadounidenses. "Del mismo modo, los refugiados alrededor del mundo, todos ellos son extremadamente vulnerables, huyen para salvar sus vidas. Como católicos, estamos llamados a acoger y a apoyar a estas familias que también necesitan nuestra ayuda".
Los obispos estadounidenses comenzaron la celebración de la Semana Nacional de Migración hace más de 25 años, para dar a los católicos la oportunidad de conocer la gran diversidad de las personas en la Iglesia y los ministerios que sirven. La semana sirve como un tiempo para la oración y la acción para tratar de aliviar las batallas de los inmigrantes, los migrantes y las poblaciones vulnerables que vienen a los Estados Unidos.
