By Archbishop Thomas Wenski - The Archdiocese of Miami
El año 2025 será un Año jubilar centrado en el tema “Peregrinos de la esperanza”. Como lo expresó tan bellamente el Papa Francisco: “Debemos avivar la llama de la esperanza que se nos ha dado y ayudar a todos a adquirir nueva fuerza y certeza mirando al futuro con un espíritu abierto, un corazón confiado y una visión de largo alcance”.
Los Años Jubilares son proclamados tradicionalmente por la Iglesia universal cada 25 años desde que el Papa Bonifacio VIII instituyó el primer Jubileo en 1300. Desde entonces, la Iglesia ha designado cada nuevo Jubileo como un año especial de gracia y perdón, ofreciendo a los fieles la oportunidad de obtener una indulgencia plenaria. El año jubilar de 2025 marca el 2025 aniversario de la Encarnación de nuestro Señor.
También el 2025 marca el 1700 aniversario de un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia: el primer Concilio Ecuménico, el Concilio de Nicea. La confesión trinitaria y cristológica de ese Concilio —el Credo de Nicea— es recitada cada domingo por los fieles y reconoce a Jesús como “verdadero Dios de Dios verdadero” y “consustancial con el Padre”. El Credo, fiel al testimonio de las Escrituras, afirma que Jesús es realmente Dios, que vive entre nosotros, pero que también es, realmente, un ser humano, nacido en un tiempo y un lugar específicos de la historia, y muriendo una muerte real e histórica. Esto significa que Dios no pensó que comprometería su poder y majestad al venir y compartir nuestras vidas. Esta creencia es base de nuestra esperanza y nos dirige en nuestra peregrinación hacia nuestro destino eterno con Dios. El Jubileo comenzará el 24 de diciembre de 2024, con la apertura oficial de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, y se extenderá hasta el 6 de enero de 2026, día de la festividad de la Epifanía, con el cierre de la Puerta Santa.
Roma espera recibir a millones de peregrinos, que viajarán la ciudad para participar en una o más actividades organizadas allí para diferentes grupos de fieles. Pero para los peregrinos que no puedan viajar a Roma, los obispos de todo el mundo han designado sus catedrales, o un santuario católico, como lugares especiales de oración para los peregrinos del Año Jubilar, ofreciendo oportunidades de reconciliación, indulgencias y otros eventos destinados a fortalecer y reavivar la fe.
Aquí, en la Arquidiócesis de Miami, las siguientes iglesias y santuarios han sido designados como lugares especiales de oración para los peregrinos del Año Jubilar:
- Catedral de Miami, St. Mary, 7525 NW 2nd Avenue, Miami
- Santuario Nacional de La Ermita de la Caridad, 3609 South Miami Avenue, Coconut Grove (Miami)
- Santuario de Our Lady of Schoenstatt, 22800 SW 187th Ave, Homestead, FL 3317
- Basílica St. Mary Star of the Sea, 1010 Windsor Lane, Key West
- Iglesia St. Clement, 2975 N. Andrews Avenue, Wilton Manors
- Iglesia Our Lady of Guadalupe, 11691 NW 25th Street, Doral
Los grupos de fieles que deseen organizar peregrinaciones a una o más de las iglesias o santuarios enumerados anteriormente, deben coordinarse con el sitio designado para que los peregrinos puedan ser recibidos adecuadamente y tengan acceso a los sacramentos, especialmente la confesión. Durante siglos, una característica de las celebraciones del Año Santo ha sido la concesión de una indulgencia, que la Iglesia describe como una remisión de la pena temporal que debe una persona por sus pecados. Las condiciones básicas para obtener una indulgencia son que la persona esté "movida por un espíritu de caridad", que esté "purificada por el sacramento de la penitencia y reconfortada por la Sagrada Comunión", y que ore por el Papa.
Como "peregrinos de la esperanza", oramos para que, unidos en una sola fe en Jesucristo, e inflamados en la caridad por el Espíritu Santo, este Jubileo despierte nuevamente nuestra esperanza en la venida del Reino de Dios.