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Feature News | Friday, November 29, 2024

La vida religiosa sostiene la esperanza en Cuba

En medio de escasez y crisis eléctrica, los religiosos permanecen con el pueblo cubano

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Una familia camina por una calle inundada un día después de que el huracán Rafael tocara tierra en Batabano, Cuba, el 7 de noviembre de 2024. El pueblo cubano está sufriendo inmensas dificultades después de desastres naturales consecutivos en las últimas semanas, el colapso del sistema eléctrico y la escasez de la comida.

Fotógrafo: Courtesy OSV News/Norlys Perez

Una familia camina por una calle inundada un día después de que el huracán Rafael tocara tierra en Batabano, Cuba, el 7 de noviembre de 2024. El pueblo cubano está sufriendo inmensas dificultades después de desastres naturales consecutivos en las últimas semanas, el colapso del sistema eléctrico y la escasez de la comida.

By Rhina Guidos

Global Sisters Report

A pesar de años de escasez en Cuba, y ahora apagones más constantes, las religiosas y los religiosos dicen que, pase lo que pase, no abandonaran a los que sufren en la isla.

Desde que el colapso del sistema eléctrico comenzó, el 18 de octubre, los cubanos reportan que la poca comida que tenían se ha echado a perder, hay filas largas para comprar alimentos como el pan y los precios de productos básicos se han disparado fuera del alcance económico para muchos.

Una docena de limones y ocho tomates cuestan "más de lo que muchos cubanos ganan en un mes", compartió el jefe de la oficina de CNN en La Habana Patrick Oppmann. Las cosas empeoraron cuando el huracán Oscar azotó la isla el 20 de octubre y cuando el huracán Rafael nuevamente dejó a la isla en la oscuridad total el 6 y 7 de noviembre. El Gobierno ha suspendido las clases, pero no se sabe si es por la situación energética o por las condiciones climatológicas del país.

Esa escasez, y los efectos de los apagones, es algo con lo que la vida consagrada en Cuba ha lidiado por mucho tiempo, dicen los religiosos y las religiosas, especialmente en sus ministerios con los más pobres y marginados de la isla. Puede que la vida consagrada en Cuba no sea numerosa, pero sí hay un adjetivo para describir a estos hombres y mujeres en la isla: "comprometidos", dijo la Hna. Olimpia González Núñez, quien hasta octubre sirvió como la secretaria general de la Conferencia Cubana de Religiosos (Concur).

"Somos pocos, quizás 655 religiosos y religiosas en toda Cuba", dijo González, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús en La Habana, en una entrevista con Global Sisters Report (GSR). "Pero muy comprometidos con acompañar al pueblo cubano", puntualizó.

A través de distintos proyectos, religiosas y religiosos acompañan y asisten a personas empobrecidas o discapacitadas, y a jóvenes o a ancianos que han sido dejados atrás por quienes han emigrado. Pero la forma más significativa en que ellos y ellas ayudan a los cubanos de la isla es al "acompañar al pueblo en medio de su desesperanza", dijo González.

Este momento de desesperanza incluye un aumento del hambre, un incremento de la delincuencia y una inflación alta, según un informe publicado en julio por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, que arroja entre algunas de sus conclusiones las siguientes:

  • Siete de cada 10 cubanos dijeron que han eliminado una comida al día por falta de dinero o por la escasez de alimentos.
  • Más del 50 % de los encuestados dijeron que sufren cortes de electricidad.
  • Alrededor del 33 % dijo no tener acceso a medicinas debido a los altos precios o a que simplemente no hay medicinas disponibles.

La Iglesia católica fuera de Cuba ha sido generosa con los habitantes de la isla, dijo a GSR el P. escolapio Ricardo Alberto Sola, presidente de la conferencia de religiosos, en una entrevista en abril. Algunas órdenes religiosas canalizan ayuda humanitaria para los cubanos desde el extranjero, y las religiosas y los religiosos son creativos con sus escasos salarios para compensar algunas de las necesidades, que incluyen costosas facturas de electricidad para mantener en marcha sus ministerios, dijo Sola.

"Sin esas ayudas, no se puede llevar la misión", añadió.

En marzo, los cubanos protestaron públicamente en las calles de la segunda ciudad más grande de la isla, Santiago de Cuba, y sus alrededores, exigiendo alimentos y electricidad. Las protestas aumentaron por varios lugares en octubre debido a la frustración provocada por los apagones.

Las autoridades cubanas culpan al embargo estadounidense, pero algunos en la isla señalan que el Gobierno también participa en un tipo de 'bloqueo interno', una serie de reglas que dicen que limitan la actividad económica, política y social dentro del país y afecta la producción. La revista Power, que aborda temas sobre la industria de la energía, dijo en su edición de octubre que si bien las sanciones económicas por parte de EE. UU. han "exacerbado" la situación, "Cuba está sumida en una grave crisis de energía, impulsada por las interrupciones en el suministro de combustible y agravada por los obstáculos para asegurar tecnologías y suministros vitales necesarios para modernizar y operar sus envejecidas centrales eléctricas".

Otros afirman que el cambio de fortuna de Venezuela, su aliado, ha contribuido al problema, así como la disminución de la generosidad de México y Rusia, que solían abastecer a la isla en el pasado. La agencia de noticias Reuters dijo el 4 de noviembre que Cuba dejará a  una compañía China poner paneles solares y usar otra tecnología solar para aliviar algunos de los problemas, a pesar de que no se sabe cómo se financiarán.

Disminuye la población

Pero la energía es solo uno de varios problemas que enfrentan los que viven en la isla, por lo que algunos se marchan obligados para buscar mejores condiciones en otro lugar.

"Hay más muertes que nacimientos; más migración. Y luego, el aborto, que siempre ha estado en Cuba; es más fácil abortar que sacarte una muela", dijo el P. Sola.

Algunos cubanos dicen que la migración está desangrando al país y a la sociedad cubana, ya que las familias se separan y solo quedan en la isla los que no tienen recursos económicos para poder irse.

En julio, Juan Carlos Alfonso Fraga, de la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba, dijo en un informe que la isla se encuentra en una "contracción", ya que por el bajo número de nacimientos, acompañado por el flujo de personas que salen de Cuba, la población ha disminuido en un 10.1 % desde finales de 2021 y el país tiene ahora menos de 10 millones de habitantes.

Cerca de 1.3 millones de cubanos "permanecen fuera del país", dice el informe, y añade que "el 75 % de ellos deben ser descontados de la población", ya que no han residido en la isla desde 2021-2023.

Parece que la población "seguirá disminuyendo", añadió Fraga en el reporte.

Para la Iglesia, la pérdida de los que se van es muy sentida, dijo el P. Sola.

"Se te va mucha gente muy valiosa", quienes dejan a los que no pueden salir, dijo y agregó: "Crece el envejecimiento del país, y quedan muchos ancianos solos".

La vida religiosa en Cuba vive su misión profética acompañando al pueblo, ayudando desde los distintos proyectos asistenciales y de promoción de la persona, y optando por permanecer, aseveró González.

"Cuando en Cuba el proyecto de vida de muchos cubanos es irse del país, que la vida religiosa quiera permanecer acompañando a los que se quedan, eso es una profecía", añadió.

Algunos religiosos y religiosas dicen que de esa manera están respondiendo a lo que sienten que Dios les pide; se pronuncian públicamente denunciando lo que se vive en el país y que atenta contra la dignidad de la persona y, sobre todo, transmitiendo un mensaje de esperanza, dijo González.

Y lo hacen en un entorno difícil.

Aunque a los cubanos se les permite reunirse para rendir culto, la libertad religiosa es un asunto más complicado; algunos dicen que no existe.

Un informe de 2023 del Departamento de Estado de Estados Unidos afirma que el Partido Comunista de Cuba regula la libertad y las actividades religiosas en la isla. El partido decide quién se queda o se va, o quién recibe una visa religiosa para servir en Cuba, y aprueba o niega permisos para celebraciones religiosas fuera de las iglesias.

Como no hay suficientes vocaciones locales, la vida religiosa en la isla depende de religiosos y religiosas de fuera del país para llevar a cabo sus ministerios, pero el Gobierno puede revocarles el permiso de estancia en cualquier momento y por cualquier motivo.

Por ejemplo, en una entrevista concedida en septiembre de 2022 a Vida Nueva, el P. jesuita David Pantaleón, originario de la República Dominicana y quien estaba entonces en La Habana, dijo que le llamaron ese año de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista en la isla durante Semana Santa para informarle que no se le iba a renovar la residencia.

Aunque los funcionarios cubanos no pusieron nada por escrito, le dijeron que era "desafortunado" que él, como presidente de la Concur y superior de los jesuitas en la isla, hubiera acompañado a cubanos que habían sido encarcelados por protestar, en julio de 2021, declaró el sacerdote jesuita a Vida Nueva.

Debido a que algunos de los detenidos enfrentaban condenas de 15 a 20 años por participar en manifestaciones, Pantaleón junto con la junta directiva de la conferencia de religiosos escribió una carta pública defendiendo "el derecho legítimo de la gente a expresar su descontento".

Poco después fue expulsado.

González dijo que, aunque la fe de los miembros de las comunidades religiosas sigue siendo fuerte ante la adversidad, a veces se les "ha contagiado un poco de desánimo".

Pero hay una gran amistad entre los miembros de las distintas congregaciones que sirven en la isla, añadió González.

"Estamos conectados, nos ayudamos, compartimos, y eso nos ayuda a fortalecer la presencia", dijo.

Pero vivir en la escasez y la incertidumbre pasa factura.

"Estamos cada vez siendo comunidades más frágiles en cuanto al número de religiosos: comunidades de dos o tres hermanos, hermanas. Eso se siente a la hora de acompañar proyectos, en la vida comunitaria", dijo González.

"¿Cómo acompañamos y mantenemos la esperanza del pueblo?". Esta es una pregunta que se hace a menudo la religiosa, al igual que la siguiente: "¿Hay maneras de replantear la misión, reestructurar las comunidades?".

Dios siempre da una respuesta, pero hay que discernir cuál es a través de la oración, manifestó.

"He ido descubriendo que es importante acompañar al pueblo en medio de la desesperanza, mantener la esperanza a la gente", aseveró. "Y la oración, el encuentro con mis hermanos, eso es lo que me va ayudando a mantenerme también", puntualizó.

Rhina Guidos es corresponsal regional para América Latina de Global Sisters Report. Para leer más artículos de Global Sisters Report en español, vaya a www.globalsistersreport.org/es.

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