Little Flower, un centenario de fe en el camino del amor

By Priscilla A. Greear - Florida Catholic

HOLLYWOOD | Durante cien años, la iglesia de Little Flower, en Hollywood, ha servido como una luz espiritual en el corazón de esta ciudad. Guiada por su patrona, Santa Teresa de Lisieux, la parroquia hace el trabajo de Dios con sencillez y fidelidad.

El 1º de octubre, festividad de la santa, unos 500 feligreses celebraron el centenario de la parroquia con una Misa, y reflexionaron en la sencillez y el amor de Santa Teresa como ejemplo a seguir para otro siglo de florecimiento espiritual en la segunda parroquia católica más antigua del condado de Broward.

La Misa fue presidida por el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, y concelebrada por el párroco, P. Javier Barreto; 25 sacerdotes de la Arquidiócesis, entre ellos los antiguos vicarios parroquiales, P. Pierre Listo Charles y P. Juan Antonio Tupiza; y los antiguos diáconos transitorios, P. John Buonocore y P. Hans Chamorro.

Durante su homilía, el Arzobispo Thomas Wenski recordó la parroquia de Little Flower de su infancia. Sus padres conducían por la carretera U.S. 1 desde Boca Ratón los domingos por la mañana para asistir a la Misa. “Entre Boca y Hollywood, no había ninguna iglesia católica, salvo la de St. Anthony”, dijo. “Pero en aquella época, la antigua iglesia de St. Anthony estaba muy deteriorada”.

El Arzobispo también relató la historia de Santa Teresa, conocida popularmente como «la Florecilla” , quien vivió en Francia entre 1873 y 1897, en una época de “humanismo radical” tras la Ilustración.

Teresa de Lisieux, también llamada Teresita del Niño Jesús, entró en el convento a los 15 años, y vivió siempre en la presencia de Dios. El Arzobispo habló de su “pequeña vía” hacia la santidad. “No había necesidad de acciones heroicas ni de prodigios. Se podía alcanzar la santidad por medio de cosas ordinarias hechas con gran amor. Eso es lo que nos enseña en su autobiografía, Historia de un alma”.

“Podemos crecer en santidad si hacemos las cosas pequeñas con gran amor. Miremos al futuro con confianza, y esperemos que, en los años por venir, ‘la Florecilla’ les traiga una ‘lluvia de rosas’. En los próximos cien años, Santa Teresita seguirá pasando el tiempo en el cielo haciendo el bien en la tierra, y aquí, en Little Flower”, añadió el Arzobispo.

Al finalizar la Misa, algunos fieles rezaron ante la tumba de Santa Teresita, una réplica de la de Lisieux, Francia, realizada por el feligrés Len Maniscalco.

 

CIEN AÑOS DE HISTORIA

La iglesia de Little Flower se fundó en 1924, durante el auge del mercado inmobiliario en Hollywood, como una misión de la iglesia de St. Anthony, en Fort Lauderdale, entre pinares y cultivos de tomates. Luego vino la iglesia de Little Flower, en Coral Gables, en 1926.

La iglesia actual, construida en 1941, tiene un techo de vigas de madera y un altar de madera con una reliquia de primera clase de Santa Teresa. Como parte de las mejoras por el aniversario, el altar luce un suelo de mármol, y la pared posterior brilla con una nueva pintura de color verde azulado y marrón rojizo.

En 1924, la congregación de Little Flower se reunía inicialmente en teatros y en un edificio de oficinas. Tras el huracán de 1926, los voluntarios construyeron su primera iglesia en la calle Van Buren, y en 1929 la trasladaron a la calle Pierce, a una manzana de distancia. En 1927, la iglesia ya celebraba ocho misas dominicales y contaba con un altar hecho con una caja de embalaje reconvertida. Pero en la época de la Depresión, el techo goteaba durante las Misas y el P. Dennis O’Keefe, su párroco, “tenía que visitar otras parroquias para poder comer”, según la historia de la parroquia.

La iglesia actual se construyó en 1941, y en 1949 se añadió la escuela —la segunda escuela católica de Broward—, administrada por las Hermanas Dominicas de Adrian, que rápidamente llegó a tener 1,000 estudiantes. En la década de 1950, la iglesia duplicó su capacidad a 1,800 familias y añadió un valioso acondicionador de aire, un campanario, una cafetería y un auditorio. El P. Vincent Cashman, párroco desde 1972 a 1993, reconstruyó la iglesia después de que un incendio provocado arrasara el área del altar en 1980. El P. Thomas O’Dwyer fue párroco entre 1993 y 2019, época en la que se añadieron una columnata de estilo español y la Capilla de las Rosas (Chapel of Roses).

UNA NUEVA ERA

El P. Barreto fue nombrado párroco en 2022, tras la pandemia del coronavirus, y se ha dedicado a consolidar el legado espiritual de la iglesia y acoger a los recién llegados. En estos días, la iglesia tiene adoración del Santísimo Sacramento dos veces por semana. La escuela también celebra su 75º aniversario, tras haber crecido de 120 alumnos en 2020 a 174 en la actualidad, y se propone establecer una asociación de antiguos alumnos. “Es un privilegio formar parte de un acontecimiento irrepetible, con un espíritu de gratitud por nuestros fundadores y por lo que hemos heredado. Es el momento de comprometernos a construir lo que tendremos para las futuras generaciones”, manifestó el P. Barreto.

Hoy, en medio de la nueva oleada de desarrollo en Hollywood, Little Flower atiende a unas 1,000 familias, de las cuales aproximadamente la mitad son hispanas de diversos orígenes.

El 28 de septiembre, como parte de la celebración de su centenario, la parroquia ofreció una cena de paella y baile flamenco.

Mary Joyce, irlandesa de nacimiento y feligresa desde hace 44 años, recordó cómo los sacerdotes irlandeses construyeron la parroquia y participaban en el festival del Día de San Patricio, en Hollywood. “La iglesia se abarrotaba en los viejos tiempos, pero mucha gente perdió la fe”, observó. Sin embargo, ahora el P. Barreto la revitaliza.

“Soy ministra extraordinaria de la Sagrada Comunión en la parroquia, y he visto que más gente regresa a la fe”, comentó Joyce.

Mónica Burke celebró su cumpleaños en la iglesia donde encuentra alimento espiritual cada semana. “Aquí siento una espiritualidad fuerte; hay un sentido de pertenencia. Es muy acogedora y está abierta a todos los que quieran venir, aprender e integrarse espiritualmente. El sacerdote realiza una gran labor en la adoración eucarística y celebra la Misa en ambos idiomas”, indicó Burke, de origen ecuatoriano.

Su esposo, Michael Burke, asistía a la Misa todos los domingos con sus abuelos y nueve tíos durante su infancia. La iglesia celebró una Misa cuando su hermano fue enviado a Iraq, y otra después de su muerte allá. “Es bonito llegar aquí, en los cien años de la iglesia de mi familia".

Lyle Hennen aprecia el espíritu acogedor y caritativo de la parroquia. Allí sirve en la Sociedad de San Vicente de Paúl (SVDP), que entrega alimentos a las personas necesitadas. Daria Bernstein, que preside el ministerio parroquial de San Vicente de Paúl, comentó que sirven a más de 500 personas al mes. “Debido a la situación económica y el aumento de los alquileres, un buen número necesita ayuda adicional cuando se les agotan los cupones de alimentos”, explicó Bernstein, miembro desde 1974. “SVDP existe gracias a la generosidad de la gente de esta parroquia, y es una de las más grandes de la Arquidiócesis”.

“La iglesia lleva mucho tiempo aquí y, al estar en el centro de la ciudad, desempeña un papel importante en la comunidad. Muchas de las otras iglesias del área surgieron a partir de la nuestra”, añadió Bernstein. “Ahora sirve a muchas nacionalidades distintas”.

En 1959, Dan Bock, hijo, estudiaba en el segundo grado de la escuela, con las religiosas dominicas. Recordó que su momento de gloria fue cuando cantó “I Won’t Grow Up” (No Creceré) en el Festival de Primavera, pero se graduó de la escuela secundaria de Chaminade. Ahora, 65 años después, su manera sencilla de servir es como ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, lector, y en la educación religiosa.

“Es un honor y una responsabilidad”, compartió Bock. “Obviamente, tenemos que demostrar nuestra fe con lo que decimos, con lo que hacemos. Tenemos que mostrar a la gente lo bueno que es Dios, y demostrar esa fe al ser como Cristo: amables y generosos”.

El P. Julio De Jesús, párroco de la iglesia de St. John XXIII, en Miramar, dijo que con todos los sacerdotes, “Jesucristo está siempre presente y permanece aquí. Tenemos que proclamarlo. Cien años de fe, esperanza y amor… Es hermoso”.

Nota: Este artículo se publicó originalmente en la edición de octubre de 2024 de La Voz Católica.El P. Thomas O'Dwyer  fue párroco de la parroquia Little Flower en Hollywood de 1993 a 2019, no de 1993 a 2003 como se afirma en el artículo impreso.