By Dianelys Rodriguez -
HIALEAH | Cuando Alcides Membreno y Donald Alvarenga levantaron en sus hombros a la Virgen de la Asunción, rodeada de flores sobre el volcán Cerro Negro, se escuchaban los gritos, con sentida emoción, de “¿Quién causa tanta alegría? ¡La Asunción de María! ¡Que viva la Virgen María de Nicaragua! ¡Nicaragua de María!”.
Y así se iniciaba la procesión en la parroquia de St. John the Apostle, en Hialeah, después de la Misa ofrecida por el párroco, el P. escolapio Luis Alberto Cruz Baerga, por la Asunción de María, el 15 de agosto 2023. Durante esta Gritería Chiquita, como le llaman a la celebración, todos fueron en procesión con sus trajes tradicionales hasta el área del estacionamiento decorada con banderas y luces.
“Los nicaragüenses somos marianos. Y así como somos nobles, humildes y unidos, inculcamos a nuestros hijos los valores de primero Dios y la familia”, explicó Membreno. “Esta celebración de hoy es una oportunidad grande, un privilegio y reconocimiento a Nicaragua, a los nicaragüenses como pueblo y a los aportes de nuestra comunidad a la ciudad de Hialeah”.
“Hoy recibimos la proclama oficial que establece esta fecha como El Día de Nicaragua en Hialeah. Es una iniciativa del alcalde Esteban Bovo y de su concejal Vivian Casal-Muñoz, quienes también son católicos y vienen con frecuencia a nuestra parroquia, que fue la primera fundada en esta ciudad”, afirmó Glenda Reoyo, mentora del grupo de jóvenes de St. John the Apostle y directora del ministerio de convivencia El Dador Alegre.
“Los nicaragüenses encontramos en Hialeah el hogar que nos acogió y un lugar donde expresar nuestra fe católica”, añadió Reoyo. “Pero al mismo tiempo esta proclama es un agradecimiento a la comunidad de Nicaragua, que ha realizado un gran aporte social, económico, cultural y de la fe”.
Celia Álvarez y Jairo Blandón viven hace 16 años en Hialeah. Junto a su hijo Jairo vinieron a la Gritería Chiquita como cada año.
“Me provoca mucha nostalgia, muchos recuerdos de mi pueblo, de mi patria. Me provoca todo lo que uno siente al estar lejos de su país, pero a la vez estoy feliz porque estamos celebrando a la Virgen, que es una tradición muy nuestra en Nicaragua”, aseguró Álvarez.
Para Blandón, la Gritería Chiquita es “una celebración que nos hace vivir emotivamente nuestro catolicismo y feligresía”.
El maestro Bobby Ramírez es fundador y presidente del Instituto Folklórico Cubano Americano, y junto a Reoyo ha tenido un papel protagónico en la organización de esta celebración mariana. Ellos platicaron sobre el milagro de la Virgen en la ciudad de León, en Nicaragua, el 15 de agosto de 1947, cuando el volcán Cerro Negro, el más joven de Centroamérica, entró en erupción.
“La actividad sísmica del volcán estaba destruyendo la ciudad, las cenizas hundieron el techo de la basílica de Nuestra Señora de la Asunción, y durante el novenario en la rogativa de penitencia, los devotos pidieron a la Virgen que detuviera tanto desastre”, narró Reoyo. “Entonces coincidió que justamente el día de la Asunción de la Virgen María cesó la erupción volcánica del Cerro Negro. Y desde ese momento León quedó a salvo, bajo su protección”.
“En Hialeah viven actualmente muchas familias no sólo de Nicaragua, sino también de León, por eso viene tanta gente”, explicó Ramírez. “Siempre fue una celebración de personas mayores”, añadió, “pero este año los jóvenes han organizado y preparado toda la festividad, como forma de mostrar que la Iglesia sigue viva, y que la fe continúa a través de ellos”.
Los padres de Escarleth Membreno nacieron en León. Ella forma parte del grupo de jóvenes de la parroquia, Discípulos Amados de María, y exhibía con orgullo su tradicional vestido blanco y azul, que también llevaban otras muchachas.
“Quisimos ofrecer en esta ocasión platos típicos como vigorón, conformado por yuca, chicharrón y ensalada de repollo con cebollitas, tomates y zanahoria; también arroz a la valenciana, con distintas carnes y vegetales. Como postres pusimos en las mesas pioquinto, buñuelos, cajeta, y bebidas típicas como la chicha, cacao y soda Milka”, comentó la joven Membreno al hablar sobre la organización de la festividad.
El grupo Folklórico Guardabarranco y el Ballet Folklórico Nuestras Raíces Nicaragüenses bailaron danzas llenas de colorido y belleza al ritmo de la marimba nica. El solar de Monimbó, El sapo, Aquella Indita, entre otras populares melodías trajeron a muchos memorias de tiempos felices y a otros, no tan buenos recuerdos.
Byron Estrada es otro miembro de los Discípulos Amados de María, que en esta ocasión asumieron parte de la decoración para la festividad. A su corta edad fue preso político y sufrió torturas del régimen de Daniel Ortega cuando era estudiante de odontología, en la UNAN León.
“Fueron momentos muy difíciles, muy duros, pero siempre me encomendé a la Virgen como auxiliadora e intercesora, y en esta celebración le pedimos su protección para la Iglesia católica en Nicaragua y para los sacerdotes ferozmente perseguidos y detenidos por la dictadura sandinista”, comentó Estrada.
“Hacer coincidir la entrega de La Proclama del Dia de Nicaragua en Hialeah con nuestra Gritería Chiquita a la Virgen, es algo grande para todas las familias de origen nicaragüense en esta ciudad”, argumentó Escarleth Membreno. “Nos ayuda a reconocernos, a unirnos, y siento que la Virgen María nos acoge y nos sostiene ante la situación tan difícil que hoy vive Nicaragua.
“Como escribió nuestro poeta Rubén Darío: Si pequeña es la patria, uno grande la sueña. Yo siento que estamos al pie de la Virgen y de Dios”, concluyó Membreno.