By Marlene Quaroni - Florida Catholic
Photography: MARLENE QUARONI | FC
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MIAMI | Kathleen Leger renunció a su vida como empresaria en el año 2000, se mudó a la casa de su hermano y decidió ser voluntaria a tiempo completo para ayudar a los pobres. Usó a la Madre Teresa como modelo de santidad.
“Trabajé en Haití por dos años y serví en varios ministerios en el Condado de Broward”, dijo después de la Misa en la Catedral St. Mary, el 4 de septiembre, celebrada en honor a la canonización de la Madre Teresa. “Un día, vi una historia en el periódico sobre el refugio de las Misioneras de la Caridad y comedor de beneficencia en el centro de Miami. No sabía que existía.
“Recé para ser voluntaria allí y toqué los pies de la estatua de la Madre Teresa en la iglesia Nativity, en Hollywood. Quise seguir sus pasos y en tres días llegué al albergue”.
Leger, de 63 años, es voluntaria en el refugio desde noviembre del 2003. Dijo que fue Dios quien la eligió para ayudar a los pobres. "Dios me llamó y me dijo dónde ir. Somos instrumentos de Dios en la tierra".
Trabajar en el refugio es difícil, sin embargo, ella llega a las 6:15 a.m. para ayudar a preparar las comidas del día. La cocina es caliente y no hay aire acondicionado en el edificio.
"Yo digo, Señor, dame la gracia y la fuerza para hacer lo que quieres que haga hoy", dijo. "Es como recibir una dosis de vitaminas. A veces me siento agotada; entonces es cuando oro con mayor intensidad".
El refugio alimenta diariamente alrededor de 300 personas sin hogar y muy pobres.
"Estamos allí para darles de comer, vestirlos, darles un hombro para apoyarse, o un abrazo. No resolvemos los problemas sociales, solo los aceptamos como Jesucristo nos acepta", dijo Leger después de la Misa, en una recepción y exposición sobre la vida de la Madre Teresa.
Varias órdenes de religiosas, seminaristas y otras personas llenaron la catedral para la Misa. En Roma, pocas horas antes, el Papa Francisco reconoció oficialmente a la Madre Teresa como santa, Santa Teresa de Calcuta.
En Miami, las Misioneras de la Caridad se sentaron en los bancos delanteros de la Catedral St. Mary vistiendo sus conocidos saris blancos con rayas azules. Los voluntarios del refugio y los beneficiarios se sentaron al lado del pasillo, vistiendo camisetas blancas con la imagen de la Madre Teresa al frente y con sus palabras, "Cada niño es un regalo de Dios", en la espalda.
La Hna. Mangala, la superiora del refugio de Miami, dijo que conoció a la Madre Teresa en 1969, en Chennai, India. Dio gracias a Dios por haber dado a la Iglesia una nueva santa.
"Oro para que la Madre Teresa siga siendo un ejemplo de vida del Evangelio y de amar a Jesús con todo el corazón," dijo.
Los miembros de la parroquia Our Lady of Health Syro-Malabar, en Coral Springs, sede del Apostolado de la India, participaron en la Misa llevando la tradicional ofrenda de flores a las gradas del altar.
"Somos muy afortunados de estar aquí en el día de la canonización de la Madre Teresa", dijo Valsa Sunny. "Ella es de nuestro país. Hoy estamos muy orgullosos".
Después de la Misa, muchas personas congregadas se acercaron a besar una reliquia que contiene una gota de sangre de la Madre Teresa.
La Madre Teresa nació el 26 de agosto de 1910, en Albania. Se fue de su casa en 1928 para unirse a las Hermanas de Loreto, en Irlanda, donde aprendió inglés, el idioma que las hermanas utilizaban para enseñar a los niños en la India. Ella llegó a la India en 1929, enseñó en una escuela y vivía en un convento cercano.
Pero cada vez le perturbada más la pobreza en Calcuta. En 1946 recibió "el llamado dentro del llamado" para salir y ayudar a los pobres viviendo entre ellos. Con el tiempo fundó las Misioneras de la Caridad, y la congregación recibió la aprobación del Vaticano, en octubre de 1950.
Desde entonces, en las casas y refugios en todo el mundo, ellas cuidan a los hambrientos, a los desnudos, a los que no tienen hogar, a los lisiados, a los ciegos, a los leprosos, a todos aquellos que se sienten rechazados, despreciados, y abandonados por la sociedad. En 1979, la Madre Teresa aceptó el premio Nobel de la Paz por su trabajo, uno de los muchos honores que recibió durante su vida.
El Arzobispo Thomas Wenski concelebró la Misa en la catedral con el Obispo Auxiliar Peter Baldacchino, el Arzobispo Emérito John C. Favalora, el Obispo emérito de Pueblo, Colorado, Fernando Isern, y el Obispo retirado de Uruguay, Luis del Castillo.
En su homilía, el Arzobispo Wenski recordó la primera visita de la Madre Teresa a la Catedral St. Mary hace más de 40 años, en 1974.
"Todavía estaba en el seminario y no había oído hablar de ella hasta justo antes de ser invitado a oírla hablar aquí en la catedral", dijo. "Regresó a Miami un par de veces más y, finalmente trajo a sus hermanas que se han quedado y siguen sirviendo a los más pobres de los pobres en nuestra comunidad".
Indicó que la Madre Teresa fue una de los dos santos recientemente canonizados que visitaron la catedral. El otro santo fue Juan Pablo II, en 1987.
"Y así, cuando en el prefacio de la Misa decimos que unimos nuestras voces con las de los ángeles y los santos en el cielo para alabar a Dios", dijo el Arzobispo, "es bueno recordar que al menos dos de esos santos elevaron sus voces alabando a Dios aquí, donde hoy nos encontramos".