By Rocio Granados - La Voz Catolica
�No
tengo plata�, le dijo.
�P�game
cuando puedas�, le contest�.
�As�
empez� mi vida de guag�era�, cuenta
Celita. �Imag�name; manejando la guagua,
ense�aba en Mons. Pace, repart�a a los muchachos, iba a La Inmaculada, recog�a
a mis hijas y a los otros muchachos, los repart�a y llegaba a la casa, cocinaba
y despu�s iba para St. Thomas, donde me quedaba dormida�, relata entre risas la
maestra de espa�ol Celia Cabrera, o �Celita�, como la llaman todos
cari�osamente. Y aunque ahora, a sus 68 a�os, su vida es m�s tranquila, dice: ��Me
encantaba ser guag�era!�
Riendo
a�n, recuerda que �una vez dos ni�os se entraron a golpes despu�s de que les
dije que iba a parar el bus para que arreglaran sus problemas� Eso no me lo
esperaba�, agrega.
Celita ense�a
Espa�ol en la Escuela Secundaria Monsignor Edward Pace, de Miami Gardens. �De
Pace nadie se ha graduado sin saber qui�n es �Celita� y sin saber lo del caf�
cubano, o Coffee 101, como lo conocen�, dice Elvita Reigosa, directora de
Relaciones P�blicas de la misma escuela.
En una clase
de Celita, escuchar ��Quieren caf�?�, es lo habitual. Con el caf� les ense�a a
usar frases como: �Claro que s�, �por supuesto�, �por favor�, etc. ��S�, c�mo
no!, me dijo el otro d�a un antiguo alumno en el pasillo�, dice Celita, y
agrega que as� trata de que sus alumnos hablen, aprendan y compartan. Es romper
los estereotipos de que el maestro tiene que ser estricto. Ella no se ofende cuando
los alumnos la llaman �Celita�, no �Mrs. Cabrera o Celia�: ��Por qu�, si ese es
mi nombre�, dice sonriente.
Comenz� como maestra de Espa�ol hace m�s de cuarenta a�os, cuando vio la frase: �Time, Talent and Treasure�, en la escuela La Inmaculada Concepci�n, de Hialeah, a donde asist�an sus hijas. �Tengo tiempo, tengo talento y no tengo tesoros, pero eso me inspir� y as� empec�, cuenta, recordando que durante 13 a�os dio clases voluntariamente. �Sin cobrar un quilo�. Hasta que un d�a, el Colegio Mons. Pace pidi� a La Inmaculada una maestra sustituta de Espa�ol. ��Me prestaron! Fue su error m�s grande: hace 28 a�os vine por dos semanas y no regres� m�s�, agrega Celita.
El director
del colegio le ofreci� el puesto de maestra. Al enterarse de que no lo era, le
dijo que era una maestra innata y le consigui� una beca en la Universidad St. Thomas.
Celita se esforz� por terminar lo m�s r�pido posible, dice, pues le daba pena
ense�ar sin ser maestra. Tomaba m�s de 24 cr�ditos por semestre; trabajaba en
la escuela con los autobuses, que para entonces ya eran tres, y hac�a todos los
quehaceres del hogar. �Al final, me gradu� como la n�mero uno, en Espa�ol y
Educaci�n Secundaria�, agrega. Cuando
termin�, dice, se sent�a m�s segura. Sigui� trabajando en la escuela, pero dej�
las guag�itas; una la vendi� y las otras
la regal�.
Comenz� como maestra de Espa�ol hace m�s de cuarenta a�os, cuando vio la frase: �Time, Talent and Treasure�, en la escuela La Inmaculada Concepci�n, de Hialeah, a donde asist�an sus hijas. �Tengo tiempo, tengo talento y no tengo tesoros, pero eso me inspir� y as� empec�, cuenta, recordando que durante 13 a�os dio clases voluntariamente. �Sin cobrar un quilo�. Hasta que un d�a, el Colegio Mons. Pace pidi� a La Inmaculada una maestra sustituta de Espa�ol. ��Me prestaron! Fue su error m�s grande: hace 28 a�os vine por dos semanas y no regres� m�s�, agrega Celita.
�Las
virtudes de Celita son muchas�, dice Ana Garc�a, directora de la Escuela Mons. Edward
Pace. Por eso es que muchos alumnos sienten la confianza de acercarse a ella. Aparte
de maestra es jefa del Departamento de Idiomas y consejera particular de todo
el que lo requiere. Con su enorme sonrisa saluda y abraza a todos los que por
alguna raz�n van a buscarla. Nunca falta en su clase una oraci�n. �Cualquiera
les ense�a Matem�ticas o Idiomas; Celita les ense�a c�mo sobrellevar los
momentos dif�ciles. Sus oraciones se
convierten en una lecci�n moral�, agrega Garc�a.
�Siempre he tenido mucha suerte�, dice Celita,
y por ello le gusta ayudar a los dem�s. Recuerda que cuando sali� de Cuba, a
los 15 a�os, lleg� con sus hermanos a Costa Rica sin nada, y consigui� una beca
en el Colegio La Salle para uno de ellos. ��l era muy inteligente, pero ten�a
que comprar el uniforme y no tenia con
qu�. Me fui tienda por tienda, pidiendo y pidiendo, hasta que me regalaron dos
pantalones y una camisa�.
De all� viene
la idea del closet de Celita: �Los
alumnos que se grad�an le traen sus uniformes; ella se pasa el verano
arreglando, lavando y planchando, para despu�s d�rselos a los ni�os de bajos
ingresos�, dice Reigosa. Clasifica los uniformes por tallas para venderlos a
cinco d�lares o regalarlos, seg�n ella considere la necesidad.
�Una de las cosas m�s lindas que tiene Celita,
es su energ�a, ella tiene pasi�n por todo lo que hace y esa pasi�n se transmite
en amor a todo lo que toca�, dice Garc�a. �Es una fuente; es una bater�a;
siempre est� haciendo muchas cosas�, acota Reigosa.
Esa energ�a la
llev� a no conformarse con una licenciatura. Se gradu� de Master en ESOL, ingl�s
para personas que hablan otros idiomas, de la Universidad Nova Southeastern. Not�
que la escuela gastaba mucho en libros y escribi� su primer libro de gram�tica
y ortograf�a para escuelas secundarias, Nuestros
primeros pasos. Al terminarlo, pens� que �no era lo mismo poner Celita
Cabrera de Hialeah, que Celita Cabrera, PhD�. Sin pensarlo m�s, inici� y sac�
su doctorado online en Literatura, de
la Universidad Mayor de San Marcos, de Per�.
Sin embargo, �en
mi primer libro me dio pena poner PhD, y no lo puse, pero a los otros s�,
agrega. Su segundo libro fue Nuestras ra�ces,
y despu�s Nuestras huellas. El primero se lo dedico a su pap�, y los otros a
sus nietos, hijas y a su esposo. Recientemente termin� de escribir los libros
de elemental, segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto grados, y un programa de
escuelas cat�licas ya se los compr�.
Celita tiene una amplia trayectoria: ha ganado muchos premios y
reconocimientos por su labor como maestra del idioma Espa�ol. Pero el premio
m�s importante para ella es el reconocimiento de sus propios alumnos.
�Ella es
mi roca: siempre est� para darme su energ�a cuando la necesito�, dice Cristina
Cruz, antigua alumna y ahora colega suya.
Despu�s de
todo el esfuerzo que pas� con la crianza de sus hijas y los m�ltiples trabajos
que realizaba, Celita dice: �Me siento completamente realizada cuando estoy
ense�ando; cuando los estudiantes me preguntan; cuando veo que quieren saber
m�s; cuando siento ese inter�s, me siento totalmente feliz�.
No es que no
se sienta feliz con sus tres hijas, con sus seis nietos o con su esposo (un
novio que dej� en Cuba cuando ella sali�, y lo reencontr� despu�s de 20 a�os, y
con el que lleva 33 de casada). �Ya me pude haber retirado hace dos a�os, pero
cada vez que lo digo� De verdad, no me quiero ir�, afirma.
�Gracias a
Dios, disfruto de lo que hago�, dice sonriente.
Comments from readers
Anthony Loperfido
Class of 1997
Alex
c/o 1994
I am sure I speak for my classmates and all of Celita's students when I say that we are forever grateful for her commitment to teach and to live the charity found in the Gospels.
�Bendiciones Celita!
-Matthew
c/o 2009
It is not mentioned in the article that she has also served as a sponsor to many activities, including "Dance Line", to which she dedicated very long hours, days and years!!!
Truly a VERY UNIQUE woman!!!
God Bless you!!!
HAPPY BIRTHDAY... You are truly one of a kind! Miss you and your Cuban coffee! Many blessings and love!
Christina Lopez c/o 2012