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Homilies | Thursday, October 11, 2012

Celebrando los 50 a�os de la parroquia San Juan Bosco

El Arzobispo Thomas Wenski predica su homilía durante la misa de 50 aniversario de la parroquia San Juan Bosco. A la vista está la pintura de Jesús que enmarca el santuario.

Photographer: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El Arzobispo Thomas Wenski predica su homil�a durante la misa de 50 aniversario de la parroquia San Juan Bosco. A la vista est� la pintura de Jes�s que enmarca el santuario.


Misa por el 50 aniversario de la parroquia de San Juan Bosco
11 de octubre de 2012

Jes�s nos dice: "Pedid y se os dar�, buscad y hallar�is, llamad y se os abrir� para ustedes." Aqu� en San Juan Bosco estas palabras son m�s que algunas frases piadosas. Estas palabras son parte de la realidad vivida por los miles de fieles - que por m�s de 50 a�os - han hecho de San Juan Bosco, su hogar espiritual.

El Arzobispo Thomas Wenski entra en la iglesia San Juan Bosco para celebrar la misa del 50 aniversario.

Photographer: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El Arzobispo Thomas Wenski entra en la iglesia San Juan Bosco para celebrar la misa del 50 aniversario.

Aqu� los que pidieron, recibieron. Los que buscaron, encontraron, los que tocaron las puertas, se abrieron para ellos. Hace 50 a�os, fueron los refugiados cubanos a los que las puertas de San Juan Bosco se les abrieron por primera vez. Fue un d�a como el de hoy cuando el Obispo Coleman Carroll estableci� San Juan Bosco como misi�n de la parroquia de San Pedro y San Pablo. Fue el Padre Fernando Ibarra quien asumi� la responsabilidad pastoral de esta nueva comunidad que en aquel entonces celebraba sus Misas en el Cine Tivoli en Flagler y la 7. Un a�o m�s tarde, el 30 de mayo de 1963, el entonces joven sacerdote exiliado, el Padre Emilio Vallina, fue nombrado p�rroco por el Obispo Coleman Carroll y a �l le cay� el proyecto de convertir un garaje en un templo que ser�a el hogar para los cubanos que buscaban refugio aqu� en Miami.

Recuerdo haber visitado esta parroquia muchas veces - tanto como seminarista y sacerdote joven. Todav�a recuerdo el bullicio de esta parroquia - la gente que entraba y sal�a. El Padre Vallina, el Padre Galofr�, Monse�or Marinas y los muchos sacerdotes que sirven a esta comunidad. (Recuerdo una vez que estaba parado fuera - y pas� un carro lleno de norteamericanos, que me miraron y me preguntaron: D�nde est� el Orange Bowl? Yo me qued� mir�ndolos - y siendo el tipo listo que soy - les respond�: No hablo ingles).

Y, recuerdo c�mo los cubanos aqu� llamaban a la calle Flagler y la 12 - la Esquina del Pecado, como Galiano y San Rafael, en La Habana que dejaron atr�s.

Hoy, por supuesto, hay otras personas que vienen a San Juan Bosco. Vienen pidiendo, vienen buscando, vienen llamando. Y no quedan decepcionados. Aqu�, nuevas comunidades de nicarag�enses, salvadore�os y otros centroamericanos, dominicanos, puertorriqueos, colombianos y venezolanos tambi�n han encontrado un hogar. Todos somos hijos de un mismo Dios - y debemos sentirnos como en casa en la casa de nuestro Padre. La Iglesia es la casa de nuestro Padre - y es en esta Iglesia donde nos sentimos como en nuestra casa y donde hablamos nuestra lengua materna.

Y as durante 50 a�os, San Juan Bosco ha dado la bienvenida a los hijos de Dios y los ha hecho parte de su familia - aqu� se habla la lengua materna. La Parroquia de San Juan Bosco debe ser considerada como uno de esos "grandes regalos" que el Padre celestial nos ha concedido aqu� en Miami.

Durante 50 a�os, San Juan Bosco ha recorrido un largo camino - el garaje de entonces convertido en iglesia desapareci�, pero tenemos este hermoso templo donde oramos. Recuerdo cuando esta iglesia fue consagrada - y lo orgulloso que los feligreses se sintieron al ver este sue�o de Monse�or Vallina hecho realidad. Y desde que soy el arzobispo de Miami, he estado aqu� de visita varias veces, y los feligreses todav�a se sienten orgullosos de esta Iglesia - y de los sacerdotes que ahora les sirven aqu� tan bien: el Padre Paguaga y el Padre Noda. S�, hemos recorrido un largo camino - y hay un futuro brillante por delante de esta comunidad parroquial, especialmente ahora desde que la onerosa deuda ha sido pagada.

Por una feliz coincidencia - o mejor dicho - por la divina providencia, esta iglesia parroquial comenz� el mismo d�a en que el Papa Juan XXIII convoc� el Concilio Vaticano II. Hizo un llamamiento al Concilio para renovar la Iglesia para que la buena nueva pudiera ser presentada m�s eficazmente a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. El trabajo del Concilio a�n contin�a - y hoy el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, dio apertura a un A�o de Fe y un Snodo especial de Obispos para considerar el desaf�o de la nueva evangelizaci�n. Aqu� en la Arquidicesis, tambi�n estamos llevando a cabo un s�nodo, un s�nodo arquidiocesano para que nosotros, los fieles del sur de la Florida, podamos ser verdaderos disc�pulos en la fe y misioneros de la esperanza.

Ser disc�pulo en la fe y misionero de la esperanza es el reto dado a todos los fieles. Esta parroquia - y todas las parroquias de la Arquidi�cesis-existe para entrenar a sus feligreses como disc�pulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos tengan vida en �l. Todos estamos llamados a ser disc�pulos y misioneros - que nadie ponga excusas de que son demasiado pobres o con poca eduaci�n, porque dentro de la familia que es la Iglesia Catlica, no hay nadie que sea tan rico que no pueda recibir, ni hay quien sea tan pobre que no tenga nada que dar.

Aqu� en San Juan Bosco durante 50 a�os, esta fe ha sido profesada, celebrada, vivida y orada. En este aniversario de oro, podemos mirar al pasado con gratitud, podemos vivir con entusiasmo el presente y debemos mirar hacia el futuro con confianza. En los a�os venideros que esta comunidad de creyentes cat�licos siga dando un testimonio de fe, esperanza y caridad a todos los habitantes de este barrio que todav�a se llama La Peque�a Habana. El Papa nos pide en este a�o de fe que la fe religiosa cristiana sea m�s razonada, mejor celebrada, m�s compartida, mejor predicada y m�s y mejor vivida.

Al comenzar los pr�ximos 50 a�os de esta comunidad parroquial, que puedan ustedes profesar la fe en plenitud y con renovada convicci�n - con confianza y esperanza.

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