Rosario Las Siete Espadas de Dolor
Saturday, Apr 19, 2025 at 9:00 AM - Spanish
Las Hermanas de la
Caridad y el Grupo Laico del Rosario les extendemos una cordial invitación
para unirnos en oración a través de la meditación de los dolores de la
Virgen, especialmente en siete de ellos: Las Siete Espadas de Dolor.
Hermanos, les invito a
reflexionar sobre estas palabras de Nuestra Madre a Santa Brígida de Suecia en el siglo 14: "Miro a todos
los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y
medite mi dolor, más hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y
padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y
menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera
mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de
Dios."
Únanse a nosotros y acompañemos a
Nuestra Madre la Virgen María ¡No les fallen!
Las siete espadas de la Santísima Virgen
La Iglesia nos invita a meditar en los dolores de la Virgen, especialmente en siete de ellos. Siete es un numero que en lenguaje bíblico es símbolo de plenitud o totalidad.
Los siete dolores de la Virgen que meditamos especialmente en el rosario llamado así, son los siguientes:
1 la profecía de Simeón
2 la huida a Egipto
3 la pérdida de Jesús Niño en Jerusalén
4 el encuentro con Jesús camino del calvario
5 la muerte de Cristo en la Cruz
6 cuando bajan a Jesús de la Cruz y le colocan en sus brazos el cuerpo muerto de su Hijo
7 cuando sepultan a Jesús
Estos representan los siete momentos culminantes de los dolores de la Virgen. Y se han representado esos siete dolores, con siete espadas que traspasan el corazón de Nuestra Madre.
Notemos, que estos siete dolores están en relación con Jesús, porque el sufrimiento de María proviene de su total comunión con el Redentor. Sus corazones eran y son uno. Es por esta unión que los sufrimientos de Cristo, son los de Su Madre, y los de María, son los del Corazón de Cristo. Hay en ellos una perfecta reciprocidad en el amor y en el dolor.
Fueron tantas las espadas de la Madre como los dolores del Hijo. Cada punzada que daban a Jesús en el cuerpo, era una lanza que traspasaba, espiritualmente, al Corazón de la Virgen; cada bofetada, cada azote, cada llaga, cada puñaladas que daban a su Corazón materno, tan tierno y noble.