By Jose Antonio Varela Vidal -
Algunos años atrás, fui a recoger en mi automóvil a un alto prelado en Lima, para que asistiera a una conferencia de prensa. “Vamos a encomendarnos”, me dijo al subir, e hizo la siguiente oración:
“De Belén salió Jesús, con José y con María; de mi casa salgo yo con la misma compañía”. De inmediato notó mi asombro, de que una dignidad eclesiástica hiciera esta oración tan simple, pero a la vez tan profunda.
“Esta oración me la enseñó mi abuela”, fue la frase con la que quiso resolver mi sorpresa, mientras yo sentía la seguridad de ir bien acompañado por la familia de Nazaret y de un fervoroso obispo, que ya con sus años era heredero de una fe forjada desde niño en su hogar.
Esto nos puede dar una explicación del por qué el Papa Francisco instituyó semanas atrás, la “Jornada de los Abuelos y los Mayores”. El fin: revalorar la figura de los ancianos en el proceso de transmisión de la fe y en el entendimiento de que la sociedad puede afrontar sus problemas acudiendo a “la voz de la experiencia”.
Este evento, que se celebrará anualmente el cuarto domingo de julio, estará enmarcado en la fiesta de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús. La dependencia vaticana encargada es el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, a través del área de Pastoral de los Ancianos.
De este modo, se espera que el evento tome cuerpo en toda la Iglesia, para que brote una alegre celebración de la vida y de la experiencia. Esto permitirá a la vez, desacreditar los intentos de imponer en la sociedad aquella “cultura del descarte”, que tanto advierte y preocupa al Santo Padre.
NO HAY FAMILIA SIN ANCIANOS
La Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, que en 2021 se celebrará el 25 de julio, formará parte destacada del año dedicado a la Familia Amoris Laetitia (“La familia es la alegría del amor”), el cual se inaugurará el 19 de marzo. De este modo, se suma una nueva jornada a las de la Palabra de Dios y de los Pobres, que han sido creadas también por Francisco.
“Hay que recomponer la fractura entre los ancianos y las demás generaciones”, afirmó al respecto el Dr. Vittorio Scelzo, miembro del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, lo que vuelve imprescindible el diálogo intergeneracional.
“Para salir de las crisis mejores y no peores, es necesario que toda sociedad se reconcilie con sus raíces y desarrolle una nueva síntesis de sus propios valores; también a partir del diálogo con los mayores”, explica el funcionario, quien es el encargado de la pastoral de los ancianos del mencionado dicasterio.
ÁRBOLES QUE AÚN DAN FRUTOS
Los ancianos “son árboles que siempre dan fruto y personas que siguen soñando”, subraya el doctor Scelzo, por lo que “se debe poner a los mayores en el centro de la vida de nuestras comunidades cada día (y) a los jóvenes en diálogo con los sueños de los mayores, para así entender cuáles deben ser los sueños para el futuro de nuestra sociedad”.
Es por ello que el dicasterio vaticano, que tiene a su cargo también la organización de los encuentros mundiales de las familias y de las jornadas mundiales de la juventud, ha incorporado una línea importante de trabajo con los “abuelitos”.
Y lo explica así en su diseño programático: “Superar la cultura del descarte y la indiferencia y promover propuestas transversales en relación con las diferentes edades de la vida, haciendo que las personas mayores sean también protagonistas de la pastoral comunitaria”.
Después del anuncio del Santo Padre y, como en otros eventos de carácter mundial, se extendió la invitación a cada realidad eclesial en los países, para que tome en cuenta aquellas iniciativas que crea posible poner en práctica o implementar a nivel local, según sus propias condiciones y necesidades.
El Cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, explicó que: “Este es el primer fruto del Año Familia Amoris Laetitia, un don para toda la Iglesia destinado a permanecer a lo largo de los años”.
Sin embargo, no es la primera vez que se aborda esta temática desde el centro del magisterio vaticano, habida cuenta de que el mencionado dicasterio ya organizó a inicios de 2020 el primer congreso internacional de pastoral de las personas mayores en Roma.
En dicha oportunidad el evento, que contó con la asistencia de cerca de 550 expertos y agentes pastorales de 60 países, advirtió sobre la importancia de “eliminar la cultura del descarte y valorar los carismas de los abuelos y de las personas mayores”.
INICIATIVAS Y ACCIONES
Si bien faltan algunos meses para la celebración de una primera jornada dedicada a las “cabecitas blancas”, como se les llama con afecto a los ancianos, no es necesario esperar que suene la campana para tener iniciativas en el hogar, el centro de trabajo, la alcaldía o en la parroquia.
Una idea desafiante la sugirió el Papa a principios de enero, cuando advirtió que “no sirve conocer a muchas personas y muchas cosas si no nos ocupamos de ellas”. Por ello su llamado fue a “educar el corazón al cuidado, a valorar a las personas y las cosas” para que las sociedades se hagan cargo de los demás.
Francisco aconsejó finalmente que sería hermoso “encontrar tiempo para alguien”. Eso lo llevó a animar a la gente a dedicar momentos para los demás, especialmente al “que está solo, al que sufre, al que necesita ser escuchado y cuidado”.
Periodista peruano
Consejos de un abuelo católico practicante
- Adora a Dios y ayuda a tu prójimo.
- Trasmite la palabra de Dios en tu familia y a los demás.
- Esfuérzate por seguir creciendo espiritualmente.
- Que la misa dominical sea lo primero en tus prácticas de piedad.
- No olvides la oración diaria, que te fortalecerá espiritualmente.
Alfredo Zamudio de la Guarda – 82 años