By Rocio Granados - La Voz Catolica
Photography: ROCIO GRANADOS | LVC
MIAMI | Al enterarse de que se realizaría en Miami la décima edición de los Premios David, un reconocimiento a la música católica, Yali de la Torre no lo pensó dos veces. “Aunque llegara el huracán yo iba a venir”, dijo.
Afortunadamente para los surfloridanos, el poderoso huracán Dorian de categoría 5, no llegó a las costas de La Florida, aunque lamentablemente destruyó las islas de las Bahamas a unas 50 millas al este de Miami. La entrega de los Premios David, que por primera vez se realizó fuera de España, tuvo lugar precisamente el fin de semana del huracán, el 31 de agosto, en la parroquia Corpus Christi de Miami.
De la Torre asistió a la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá, en enero pasado, y allí conoció a algunos de los cantantes católicos locales, como el colombiano Iván Díaz, quien también se presentó en la entrega de premios.
“Me encanta este tipo de conciertos, he disfrutado de este espectáculo”, dijo Rosa Sánchez, feligresa de Corpus Christi. Agregó que es una forma de “llevar el Evangelio del Señor a los jóvenes”.
Para María Cabrero, feligresa de San Roberto Belarmino, una de las cinco misiones de Corpus Christi, el evento “ha sido edificante. Hace falta propagar nuestra música, que la conozca todo el mundo y la puedan disfrutar”.
Y precisamente, los Premios David se crearon para dar a conocer la música católica a la gente y “reconocer el talento de los músicos, compositores, arreglistas, y de toda la industria del arte de la evangelización a través de la música”, dijo Luis Alfredo Díaz, cantautor católico español y organizador del evento.
Es el único premio a la música católica internacional. Se creó hace 10 años, después de que terminara el Multifestival David en España, que había durado 30 años.
No existe un premio físico, tampoco hay un jurado que elija a los ganadores. Son las personas las que nominan y votan por sus artistas favoritos a través de la página web www.premiosdavid.com. “Este año superaron las 50 mil votaciones de todas partes del mundo”, indicó Díaz.
La gente vota durante varios meses. Este año hubo 21 categorías, dentro de las cuales hay música judía, evangélica y secular con valores positivos. También hay música en inglés, francés, portugués, italiano además del español. Participaron alrededor de 30 artistas.
Uno de los cantautores que más premios se llevó este año es un artista local, el venezolano Javier Brú, que se desempeña como coordinador pastoral y director musical de Corpus Christi, y además ayudó en la organización del evento en Miami.
Su canción y disco titulado “Él lo esperaba” ganó el primer lugar por Mejor Video, el segundo lugar por Mejor CD, Mejor Canción y Mejor Tema de Evangelización.
Brú dijo sentirse contento porque se está dando a conocer lo que hace, “pero sobre todo, me da alegría saber que a nivel colectivo se puede ver cómo hay producciones muy buenas del mundo católico”.
Su canción ganadora está basada en el relato evangélico del Hijo Pródigo. Es el primer disco y video que graba. Se realizó el año pasado dentro del templo de Corpus Christi, con el acompañamiento de varios músicos reconocidos de la parroquia St. Dominic, en Miami, donde Brú también dirige el coro.
Muchos estuvieron detrás de la producción del video, dijo Brú, e “hicieron que mucha gente, tanto joven como adulta lo pudiera ver y se sintiera llamada por el Señor a sentir su misericordia y su compasión”.
Hace solo cuatro años Brú empezó a componer. Fue durante un periodo en que su situación migratoria se estaba estabilizando y se encontraba desempleado.
“Para mi sorpresa la letra empezaba a fluir con facilidad, las melodías también llegaban, y me di cuenta de que había un camino que me estaba abriendo el Señor a través de la música”, dijo Brú, que durante 12 años fue maestro de religión.
Desde entonces ha compuesto alrededor de 140 canciones. Le faltan como 20 para terminar todos los pasajes evangélicos de los tres Ciclos Litúrgicos.
Brú cada martes publica en su página web, Javieroficial.com, y en su página de YouTube, Javier Brú, un canto del Evangelio del domingo siguiente para ayudar a otros en la liturgia de la Misa.
“Las canciones que compongo son canciones para la evangelización, que se pueden usar en la liturgia. La idea es que la gente que no entra a una iglesia también pueda escuchar la palabra de Dios a través de la música”, indicó.
Evangelización efectiva
“La evangelización que se hace con la música es muy efectiva, especialmente con los jóvenes”, dijo Díaz.
Lo mismo opina Kevin Aguilar, conocido como El Siervo, un artista católico costarricense para quien llegar a los jóvenes con los géneros que a ellos les gustan, como la música urbana, es importante.
Precisamente, con ese género El Siervo ganó tres primeros lugares: por Mejor CD titulado “Lo mejor de Siervo”, Mejor Tema Solista con su canción “Soy Católico”, y Mejor Tema Rap con su canción “Escucha su voz”.
Él destaca la importancia de componer música actual que llegue a los jóvenes de hoy en día. Durante su presentación en los premios relató la experiencia de un joven que, en el momento en que estaba por suicidarse, encendió la radio y fortuitamente tocaban una canción suya, “Viva el amor”, que habla sobre dónde está Dios y cómo podemos ver a Dios. Al escuchar la canción “reflexionó y tomó otra decisión. Hoy tiene una familia hermosa, un trabajo y está sirviendo al Señor”, indicó.
Es la primera vez que participa en los Premios David y dice estar contento y agradecido con todos los que lo apoyaron con sus votos y con el presupuesto para venir a Miami desde su natal Costa Rica.
Aunque El Siervo tuvo oportunidades para cantar música secular y evangélica, permaneció “siempre católico”, porque desde muy joven quiso ayudar a sus amigos de su barrio, llevándoles el mensaje de Jesucristo a través de la música urbana, para que salieran de las drogas y del alcoholismo.
Otro cantante local que participó en los premios fue el boliviano Cristian Eduardo Centellas, que es el director de música de la misión San Francisco y Santa Clara, de la iglesia Corpus Christi.
Centellas dijo que empezó a cantar música católica hace 15 años, y las canciones que compone se enfocan en la Eucaristía. Sus canciones expresan vivencias, experiencias que suceden en lo cotidiano, y con ellas “varias personas se han sanado y se han convertido”, lo cual le da mucha alegría. “Si no llego a la gente, entonces no estoy haciendo nada”, dijo.
A través de la música, “la gente en cualquier parte del mundo y por cualquier medio, YouTube, radio o televisión, puede acercarse a Dios”, indicó Centellas.
Hace un año grabó el disco “La sangre de Cristo”. El video se realizó en la misión San Francisco y Santa Clara, con la participación del P. José Luis Menéndez, el párroco de Corpus Christi.
Y es precisamente el P. Menéndez quien está apoyando a los músicos católicos locales. En Corpus Christi se han colocado proyectores nuevos para que la comunidad pueda seguir la letra con los cantos. Han comprado un teclado y hay una pianista que los acompaña. “Se está haciendo un esfuerzo importante para que la música sea una música viva y la gente participe en la liturgia”, dijo Brú.
“Tenemos que promocionar el talento que tenemos”, dijo el P. Menéndez, y agregó que “existe mucho talento de músicos católicos” en la Arquidiócesis de Miami y en América Latina.
Los músicos católicos necesitan apoyo
En términos generales, “hay muy poco apoyo a los músicos católicos”, dice Luis Alfredo Díaz, uno de los pioneros de la música católica contemporánea, con más de 40 años en esta industria. Díaz es el compositor de la mundialmente conocida “Tan cerca de mí”.
“La música es como un pequeñito detalle. Ése es el gran desafío que tenemos: durante años hemos estado hablando de la nueva evangelización, de los nuevos métodos, pero en la práctica no se hace nada”, indicó Díaz.
En Brasil se produce mucha música católica, pero se produce “música evangélica 400 mil veces más.
Estamos hablando de eventos de 20 mil, 30 mil personas”, dijo Díaz. Toda la música católica que se produce en español “no es ni el 15 por ciento de lo que es en portugués de Brasil”, agregó.
También en Italia se produce bastante música católica. “Con los Premios David estamos apoyando a la realidad nuestra en español”, dijo, como el pequeñito David, que se enfrentó al gigante y lo venció.
Según Johan Álvarez, cantautor colombiano que hace 10 años se dedica a tiempo completo a Dios como cantante y misionero, actualmente se puede obtener música gratis en cualquier parte, pero es necesario el apoyo de la gente, porque “cuando compramos música católica estamos apoyando la obra, el poder misionar, y atender tantas necesidades”.
Al compartir los videos en las redes sociales no se está dando conocer al cantante, sino el mensaje a través del cantante, dijo Álvarez.
Las nuevas canciones que tengan sentido eucarístico y que cumplan con los requisitos se podrían incluir en la Eucaristía. “Todavía estamos cantando canciones de hace 70 años. No tengo nada en contra, pero que se le dé inclusión a lo nuevo de hoy, a las producciones de los jóvenes”, indicó.
Al mismo tiempo, hay muchos jóvenes que no tienen una identidad definida. Ellos podrían identificarse con un artista o músico católico, y decir: “yo quiero ser parte de eso”, agregó.
Es importante el apoyo de la gente a los cantantes católicos “porque, ¿cómo un artista puede saber que la música que está creando es bella?”, dijo el P. José Luis Menéndez, párroco de la iglesia Corpus Christi en Miami. “Muchas veces damos por hecho que es valiosa, pero si no se lo decimos…
Lo mismo le pasa al cura, no sabemos si (el sermón) llegó o no. Creo que hay que decírselo (a los cantantes) y la forma de hacerlo es ir a esos conciertos y presentaciones”.