By Archbishop Thomas Wenski - The Archdiocese of Miami
El Arzobispo Thomas Wenski dijo estas palabras al concluir la celebración anual por la Virgen de la Caridad, el 8 de septiembre del 2022, en el Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad.
Hoy entre nosotros hay muchos que sienten la desesperanza y piensan que las plegarias por la libertad de la patria parece que no encuentran respuesta. Pasan los años y con ellos desaparecen pilares y referentes que animaban nuestro exilio. Hombres y mujeres que han orado y luchado por ver a Cuba libre. Esta noche sentimos la ausencia de nuestro querido Monseñor Román y de tantos otros, obispos, sacerdotes, religiosas y laicos que han partido hacia la casa del Padre sin haber visto cumplido el sueño de una Cuba libre. Y recordamos a Osvaldo Payá Sardiñas y a todos los que han sacrificado sus vidas por una Patria con todos y para el bien de todos.
¿Y cómo podemos olvidarnos de los presos políticos? – en especial de esos jóvenes que el 11 de julio del año pasado salieron a las calles para reclamar libertad, y exigir Patria y Vida, y por eso están injusta y cruelmente encarcelados. Ni tampoco podemos olvidarnos de tantos jóvenes que transitan tierra mexicana o los mares del estrecho de la Florida en busca de un horizonte que les ofrece esperanza.
Que prestemos nuestras voces a los que no tienen voz y repitamos la misma jaculatoria que rezaban los mambises: ¡Virgen de la Caridad, cúbrenos con tu manto! Que el grito de guerra de Ignacio Agramonte sea el nuestro: ¡Que la Virgen de la Caridad nos ilumine!
Si, cúbrenos con tu manto para que “Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos donde convivan la justicia y la libertad en un clima de serena fraternidad.”
Si, Virgen de la Caridad, ilumínanos para que caminemos a la luz de Cristo, a la luz de la verdad, así salgamos de esos apagones espirituales y materiales que quieren hundir al pueblo cubano en los mares de la desesperación y la desconfianza.
La gran tentación, la peor tentación, es desconfiar de Dios. La Virgen nos invita una vez más a la esperanza, a confiar en el tiempo de Dios, en la sabiduría infinita y providente del Padre de todos y Señor de la historia.
El pueblo cubano anhela la libertad de su Patria, y jamás deberá perder la esperanza de que ese anhelado momento pronto llegará. Y en este empeño nos anima la Virgen Mambisa que quiere invitarnos, una vez más esta noche, a ser libres de espíritu, porque no pueden caer las cadenas de las manos si no han caído primero las cadenas del corazón.
Santa María de la Caridad, escucha al pueblo que esta noche ha venido a visitarte una vez más, y adelanta para Cuba la hora de la reconciliación en la verdad, acompañada de la libertad y la justicia.
¡Que por la intercesión de Maria los cubanos sepan transitar ese camino estrecho entre el miedo que cede al mal y la violencia que bajo la ilusión de luchar contra el mal solamente lo empeora! Virgen de la Caridad del Cobre, ¡cúbrenos con tu manto! Virgen de la Caridad, ilumínanos. Amén.