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Por Eduardo Campos Lima (OSV News)
QUITO, ECUADOR | La 53 edición del Congreso Eucarístico Internacional comenzó el 8 de septiembre en Quito, Ecuador, con un fuerte llamado a construir la fraternidad como forma de sanar las heridas de un mundo fracturado y lleno de violencia.
La celebración de apertura incluyó un mensaje enviado por el Papa Francisco, en el que destacó que "somos uno y sólo en la unidad podemos servir al mundo y sanarlo".
El encuentro, que concluirá el 15 de septiembre, fue planeado para promover — en línea con la invitación eucarística — la fraternidad humana, a pesar de las muchas divisiones, bajo el lema "Fraternidad para sanar el mundo".
Mons. Alfredo Espinoza, arzobispo de Quito, dijo en la homilía de la Misa de apertura que la ciudad se convirtió en "una gran tienda eucarística" y que personas de todo el mundo reflexionarán sobre un misterio que "nos desafía a ser verdaderos constructores de fraternidad para sanar las heridas del mundo", en un tiempo "lleno de violencia, de muerte, (y) de guerras".
La Misa de apertura tuvo lugar en el Parque Bicentenario de Quito, en presencia de miles de personas y decenas de obispos. Para hacer la celebración aún más alegre, 1,600 niños recibieron su primera comunión durante la Misa.
El Cardenal Baltazar Porras Cardozo, arzobispo emérito de Caracas, Venezuela, también estuvo presente como legado pontificio del congreso.
Para Mons. José Adalberto Jiménez, obispo del Vicariato de Aguarico, en la Amazonía ecuatoriana, la combinación de la perspectiva de adoración que aporta la Eucaristía con la llamada al ejercicio vivo de la fe se hizo notar en el mensaje del Papa Francisco al Congreso, que el pontífice envió mientras atraviesa el globo en su viaje apostólico más largo y lejano hasta la fecha a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental.
"El Pontífice nos invitó a estar del lado de los que sufren, y hacerlo con gestos concretos. Esa idea de una fraternidad proactiva me impactó enormemente", subrayó Mons. Jiménez, añadiendo que el Papa señaló que acciones sencillas deberían conducirnos a un mundo nuevo, más justo y más humano.
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Miles de fieles participan en la Misa de apertura del Congreso Eucarístico Internacional en Quito, Ecuador, el 8 de septiembre de 2024. (Foto OSV News/Cortesía Congreso Eucarístico Internacional)
"Tenemos que tocar las heridas de la realidad social, contaminada por la injusticia social causadas por la tibieza política y la corrupción", así como por "las muertes provocadas por la inmigración" y la pobreza, "por las pandillas criminales, por la violación de los derechos de las personas privadas de libertad, por el dolor de las familias alcohólicos y adictos a las drogas", y por "la minería ilegal que está destruyendo la Amazonia", dijo el obispo Jiménez a OSV News, señalando dolorosas realidades de la región.
"El congreso fue precedido por un simposio teológico (del 4 al 7 de septiembre) que reunió a más de 600 teólogos de todas las partes del mundo. Sus reflexiones académicas serán seguidas ahora por un enfoque más pastoral y catequético", dijo el P. Juan Carlos Garzón, secretario general del congreso.
Con el tema "Mundo herido", el primer día completo del congreso permitió a los participantes reflexionar sobre algunos de los sufrimientos que existen actualmente en las sociedades del mundo.
El problema suena especialmente familiar en la capital de Ecuador. Uno de los ponentes, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, iba a hablar de las penurias de su ciudad, que se enfrentó, junto con varias otras regiones, a una ola de violencia en enero. El obispo auxiliar de Sambir-Drohobych, Ucrania, Hryhoriy Komar, tenía previsto hablar de las consecuencias de la invasión rusa.
En su segundo día completo, el 10 de septiembre, la conferencia abordó distintas formas de construir la fraternidad. Tres obispos latinoamericanos contarán las historias de miembros clave del episcopado de la región en el pasado, como Mons. Leonidas Proaño, un prelado nacido en Ecuador que dedicó su vida a ayudar a grupos indígenas y campesinos.
El tema del tercer día se centró en la transfiguración del mundo provocada por la Eucaristía. Uno de los conferenciantes es el P. José Antonio Maeso, sacerdote de origen español que lleva varios años trabajando con personas encarceladas en Ecuador, y en muchas ocasiones utiliza marionetas en sus actividades con ellas. El obispo Andrew H. Cozzens de Crookston, Minnesota, organizador del Congreso Eucarístico Nacional en Estados Unidos en 2024, también fue uno de los invitados de la jornada.
Los dos últimos días de debates se centrarán en la sinodalidad y las conexiones entre la Eucaristía y la fraternidad. Uno de los ponentes será Mons. Rafael Cob, obispo de Puyo, en la Amazonia ecuatoriana, que hablará de su trabajo en la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM).
El congreso concluirá con una procesión eucarística por las calles del casco antiguo de Quito el 14 de septiembre y la Misa de clausura se celebrará el 15 de septiembre.
El P. Garzón recordó que han pasado 20 años desde el último Congreso Eucarístico Internacional celebrado en un país latinoamericano. En 2004 se organizó en Guadalajara, México.
"Estamos recibiendo participantes de 60 naciones, pero el evento ciertamente tendrá una cara latinoamericana y ecuatoriana. Creo que la Iglesia de nuestra región tiene una contribución especial que dar cuando se trata de promover la fraternidad, en línea con el mensaje del Papa", dijo el P. Garzón.
También es una región que ha estado lidiando con la violencia, las divisiones y las heridas, añadió.
"Estamos en un mundo herido. Escucharemos a la gente hablar sobre cómo trabajan en lugares difíciles, sin ver a los demás como enemigos. Esperamos que nuestras mentes estén abiertas para recibir el soplo del Espíritu Santo", añadió.
Mons. Jiménez recordó que el congreso eucarístico de este año coincide con el 150 aniversario de la consagración del país sudamericano al Sagrado Corazón de Jesús. En 1874, el arzobispo de Quito, Mons. José Ignacio Checa y Barba, presidió la ceremonia — codo a codo con el presidente Gabriel García Moreno — que marcó la primera vez que una nación lo hacía.
"Esto tiene un tremendo significado espiritual y ciertamente arrojará luz también en la dimensión social del trabajo de la Iglesia", dijo el obispo Jiménez.
"Que este congreso nos abra el camino para el Cristo del Sagrario y nos lleve a los Cristos dolientes de nuestros hermanos enfermos, marginados y olvidados por la sociedad", concluyó.
Eduardo Campos Lima escribe para OSV News desde São Paulo, Brasil.
