Colaboradores con la Verdad
Tuesday, July 6, 2010
*Bishop Felipe Estevez
“Los hombres no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen la verdad… En justicia, un hombre debe honestamente a otro la manifestación de la verdad”. — Santo Tomás de Aquino
A veces me pregunto cómo funcionaría la sociedad si viviéramos siempre en la verdad. Se necesita valentía para ser testigos de la verdad todo el tiempo y en todos los niveles.
Esforzarse por esta integridad cuesta, porque los convencionalismos sociales motivan a que la gente haga lo “políticamente correcto”, algo que exige la tolerancia a cualquier precio, pero no el testimonio de la verdad.
Así ha sucedido desde el tiempo de Sócrates. San Justino interpretó su juicio como anticipación del juicio de Jesús. En su obra “El escándalo de la verdad”, el teólogo Jean Danielou escribió que no fue ayer cuando la verdad se convirtió en algo vergonzoso. Expresó que el testimonio de la verdad es el mayor obstáculo en el camino de los poderosos en su conspiración para el dominio, y en el de los listos en su deseo de autosuficiencia. Danielou advierte que los numerosos ataques, groseros o sutiles, eventualmente paralizan este sentido de la verdad aun en las mentes de quienes lo profesan, y permiten ser intimidados por la interrogación que alterna la burla con amenazas, poniéndose de acuerdo para relegar la verdad a las esquinas oscuras de sus sacristías o a los lugares ocultos de sus corazones. Según el teólogo, en nuestros tiempos, nada se encuentra más debilitado que la inteligencia, y nada se aprecia menos que la verdad.
Como pastor de comunidades, san Pablo estaba muy consciente de la lucha que esto representa: para poner fin a la falsedad, pidió a los nuevos creyentes que “renuncien a la mentira y digan siempre la verdad a su prójimo, ya que todos somos miembros, los unos de los otros” (Ef. 4:25). Deben respetar la reputación de los demás evitando juicios, detracciones y calumnias. El bien común requiere honrar al prójimo, quien, por su propia paz, debe ser protegido del engaño y la adulación.
En un extraordinario comentario sobre el octavo mandamiento, el Catecismo de la Iglesia Católica dice que “Toda falta cometida contra la justicia y la verdad entraña el deber de reparación” (#2487).
Uno de los asuntos más serios que afecta al laicado de nuestros días es el de aquellos que sirven en la vida política, pero rehúsan ser testigos de la verdad de la vida humana y de otras verdades elementales, con el fin de mantener sus cargos u obtener el favor de los líderes de su partido. Algunos hasta sostienen que mantienen esos valores a nivel personal, pero que su trabajo conlleva representar el punto de vista de la mayoría de la población. Me pregunto si santo Tomas Moro o san Juan Fisher contemplarían tal sofisma.
Uno de los desafíos más serios para nosotros, como clero, es acoger la responsabilidad y la transparencia en la dirección de nuestras parroquias e instituciones. La verdad nos hará libres. No hay nada que temer al presentar cuentas objetivas sobre nuestra administración. San Juan dice con admiración que Jesucristo es “lleno de gracia y de verdad “ (Jn. 1:14). Él es la luz. Él es la Verdad. Él motiva a los discípulos a morar en la verdad, y a decir “sí cuando es sí, y no cuando es no” (Mt. 5:37).
A veces oigo que el pontificado de Benedicto XVI se ve afectado por toda clase de crisis alarmantes. Sin duda, enfrenta tiempos desafiantes en el mundo entero y hasta en su propia ciudad, donde una universidad le retiró la invitación por miedo a las presiones. Estoy convencido de que el Papa está preparado para enfrentar directamente las manipulaciones del príncipe del mal, sin ser intimidado por el escándalo de la verdad, porque tiene el carácter, la inteligencia y la sabiduría para brillar como fiel servidor de la Verdad.
Dijo un poeta que la verdad escasea en nuestros tiempos. De ser así, la necesidad de ser sus testigos es mayor. El gran pensador cubano, Padre Félix Varela, lo convirtió en una búsqueda permanente: “la caridad cristiana y buena lógica”.
Comments from readers
p.s. Glad you all had a glorious time at the Vatican and that you made it home safely!
Dear Bishop Estevez: When have you heard any prophetic voice from our clergy (bishops, priests, deacons) exhorting the laity to do what you say they should do? When do you hear bishops, priests, deacons telling doctors the inmorality of abortion? When do you hear prophetic voices proclaiming to us, laity, the evils of abortions and contraception? Our Lord said very clearly to "Go, baptize and TEACH what I have told you" The prophetic voice of the clergy is missisng!
Ed Infante
The challenge is ahead of us! If we Christians and Catholics would only understand the words of Jesus himself: The truth shall set you free! (Jn 8:32) Jesus asked us to believe in him and to remain in his word, so that we may become his disciples, and then we will know the truth... (JN 8:31)
May the Lord give us his grace through the hands of the Immaculate, so that we may be open to receive and know the truth and communicate it to others in charity but with courage so that we may all be free.