Sínodo: Lo que ustedes dijeron

By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami

 

MIAMI | Y la encuesta dice... Bueno, no es exactamente una encuesta, pero las consultas para el sínodo mundial, el “caminar juntos” convocado por el Papa Francisco, han concluido a nivel local, y se han obtenido los resultados arquidiocesanos.

Los representantes de las parroquias —tres de cada iglesia seleccionados para dirigir e informar sobre las sesiones locales de audiencias— se reunieron con el Arzobispo Thomas Wenski a finales de marzo para que la directora del Sínodo, Rosemarie Banich, les presentara los resultados.

Banich calificó como “fenomenales” las casi 280 sesiones de audiencia en persona celebradas en las parroquias, y las cerca de 500 entregas de encuestas electrónicas. Además, 1,429 jóvenes de escuela secundaria completaron una encuesta en línea, y 65 estudiantes de escuela secundaria participaron en una sesión de audiencia en línea con el Arzobispo Wenski. Se celebraron sesiones de audiencia en la Universidad de St. Thomas con diáconos, sacerdotes y religiosos, y 80 de las 109 parroquias y misiones de la Arquidiócesis presentaron informes, al igual que seis escuelas secundarias católicas.

Las encuestas en línea, publicadas en el sitio web de la Arquidiócesis, concluyeron el 15 de abril.

“Aunque la gente dijo muchas cosas distintas, los tres o cinco (temas) más importantes surgieron con mucha facilidad”, comentó Banich sobre los asuntos que se plantearon. De hecho, una parroquia realizó una sesión para estudiantes de primaria y “sus comentarios fueron exactamente los mismos: la Eucaristía, la comprensión de la fe, y los mensajes contradictorios”.

 

GOZOS Y PREOCUPACIONES

Se pidió a los participantes en las consultas sinodales que respondieran a cuatro preguntas: ¿Qué es lo que les alegra de la Iglesia? ¿Qué les preocupa de la Iglesia? ¿Se sienten escuchados por la Iglesia? ¿Cómo puede la Iglesia apoyar a las personas en su camino de fe?

Banich enumeró los gozos en primer lugar, al señalar que “estos siete estaban en casi el 99% de los informes parroquiales”:

• La Eucaristía y la celebración de los sacramentos.
• La universalidad de la Iglesia y su tradición.
• La Virgen María y los santos.
• El sentido de pertenencia.
• La participación en el ministerio.
• La dedicación al servicio de los necesitados/actividades caritativas.
• Los sacerdotes dedicados a su misión.

Luego vinieron las preocupaciones:

• Una catequesis/comprensión de la fe deficiente (la propia y la de los dirigentes).
• Los abusos por el clero y otros escándalos.
• El abandono de la fe por parte de un gran número de personas.
• La politización/división.
• La desconexión de los jóvenes y de los adultos jóvenes.
• Falta de interés en participar en las actividades de la Iglesia.
• El apoyo a los sacerdotes.

Banich admitió que la segunda preocupación —los abusos por parte del clero— le sorprendió, dado que el tema ya no está en los titulares. Pero aparecía en el “100%” de los informes. “No hemos sanado de la crisis”.

Politización y división: “De nuevo, el 100%”, dijo, al describirlo como “una sensación general, un ambiente de política en la Iglesia y un sentido de división”.

En general, la gente también repitió que deseaba que sus sacerdotes estuvieran más disponibles. “Definitivamente, hay un deseo de más contacto individual con los sacerdotes”, afirmó Banich. Pero siempre dentro del contexto de “¿qué podemos hacer para apoyar más a nuestros sacerdotes?”, ya que parecen estar muy abrumados por sus responsabilidades.

Otra palabra que surgió en repetidas ocasiones, mencionada en 52 o 53 de los 80 informes, fue confusión. “[La gente] no sabe qué creer. ‘El Papa Francisco dice X, cierto obispo dice Y, mi párroco dice Z.’ Sea esa la realidad o no, esa es la percepción”, señaló Banich.

¿SE LES ESCUCHA?

Con respecto a la pregunta, “¿Se les escucha?”, el 55% respondió que no, y el 45% dijo que sí.

Muchos informes parroquiales indicaron que los participantes sentían que sus propios párrocos y el clero escuchaban sus preocupaciones, pero no se sentían escuchados por la Arquidiócesis o la Iglesia en general. El 100% de los participantes dijo que este sínodo era “una oportunidad bienvenida y esperanzadora”, y expresó su deseo de que se celebren encuentros continuos.

“Todas las parroquias de la Arquidiócesis quieren tener algún tipo de buzón de sugerencias”, informó Banich. También hubo “un deseo unánime de poder continuar la conversación de esta manera”.

Añadió que los consejos pastorales también se mencionaron “muchas, muchas veces”, por lo general en el contexto de las parroquias que no los tenían.

En cuanto a la forma en que la Iglesia puede mejorar el apoyo a las personas en su camino de fe, las principales respuestas fueron:

• Capacitación en la fe.
• Dirección espiritual (mencionada en más del 90% de los informes).
• Apostolados y grupos de apoyo, especialmente los dirigidos a los católicos divorciados/y vueltos a casar; a quienes sienten atracción hacia personas del mismo sexo; a familiares de personas que se identifican como LGBTQ; a los viudos, las familias jóvenes, los recién casados y las personas mayores.
• Retiros.
• Actividades para los jóvenes.
• Mayor uso de los medios de comunicación para contar nuestra historia.
• Mayor interacción con los sacerdotes.
• Orientación/enseñanza clara y coherente.

Ahora que los resultados están listos, el próximo paso es enviarlos a los obispos de los Estados Unidos, que recopilarán los informes de cada diócesis y los incluirán en un informe para el Papa. Los informes consolidados de cada región constituirán la esencia del debate cuando los obispos del mundo se reúnan en Roma en octubre de 2023.

Mientras tanto, sin embargo, hay trabajo que hacer a nivel arquidiocesano: Decidir qué cuestiones serán prioritarias y redactar un plan pastoral para abordarlas, con objetivos e iniciativas cuantificables para alcanzarlos.

ALCANCE INTERNO, ACTIVACIÓN

Banich utilizó dos términos para describir lo que hay que hacer: alcance interno (en contraposición a llegar a los que no están), y activación.

“Tenemos un grupo muy grande de personas que están ahí”, dijo, al referirse a las personas que vienen a la Misa, se sientan en los bancos, pero no avanzan en términos de su participación en la vida de la Iglesia. Si bien la evangelización implica un alcance externo, la “activación de los discípulos” implica llegar a los que ya están entre nosotros: el alcance interno.

“Hay que activarse. De eso trata este plan pastoral”, declaró Banich. “No deberíamos necesitar un informe o una carta pastoral del Papa para activarnos”.

Sus palabras encajaban perfectamente con la charla que había dado ese mismo día la Dra. Carol Razza, psicoterapeuta, autora y profesora en el Seminario Regional de St. Vincent de Paul, en Boynton Beach.

Razza describió a los representantes de las parroquias sentados ante ella como los “artífices” de la Arquidiócesis. Les exhortó a “regresar a las parroquias para avivar a la gente, para encenderla como católica”.

“No queremos que la gente se presente sólo porque tiene que hacerlo. Si se presentaran por una pasión por ser parte de esto [la Iglesia], todo sería mucho mejor”, dijo Razza. “El mundo necesita que nos activemos hoy”.

Pero, ¿cómo hacerlo? Hace falta algo más que programas, enfatizó. Hace falta vivir en relación con Dios. Hace falta creer que Dios nos ama de forma personal e íntima, e interiorizarlo “en cada célula”.

“No podemos limitarnos a recitar lo que hemos aprendido. Debemos convertirnos en la misma palabra encarnada en nosotros cada día”, declaró Razza. “No puedo solo decir siempre la verdad. Tengo que convertirme en ella para que la vean”.