By Cristina Cabrera Jarro -
Photography: C.CABRERA JARRO and I.RENNELLA
CORAL GABLES | Cerca de la Navidad de 2021, Kathleen Staples visitó el pesebre de tamaño natural que se exhibe al aire libre, frente a Comber Hall y junto a la iglesia Little Flower, de Coral Gables. Aunque impresionante, a Staples le pareció decepcionante.
“Me había fijado en las figuras del Nacimiento. Todas parecían muy sucias, y me sentí ofendida. Me afectó. Es una iglesia preciosa. Se enorgullecen de ella, del espacio, del césped, del terreno. Y estas figuras eran como…”, recuerda Staples, pintora y profesora de arte jubilada de la Universidad de Miami. “Pensé que podía hacer algo al respecto”.
No lo hizo inmediatamente, pero la idea permaneció. Aunque no creció en la Iglesia Católica, sus viajes por todo el mundo, especialmente por Europa, le habían despertado admiración por las iglesias y el arte que albergan.
Meses antes había empezado a leer un ejemplar de Mere Christianity, de C.S. Lewis, que había comprado hacía tiempo. Estaba “en mi estantería. Lo tomaba y lo dejaba”.
Decidió meterse de lleno en el tema y “en el séptimo capítulo, llamé a Little Flower y le pregunté: ¿cómo me hago miembro de la parroquia?”
Había explorado y experimentado con el budismo, el hinduismo y otras religiones, pero esas creencias ya no tenían sentido para ella.
“En cierto modo tuve que descalificarlo todo. Y realmente fue así porque en el fondo quería hacerlo en serio. Lo gracioso es que una vez que te conviertes en miembro de la Iglesia, y te haces católica, te das cuenta de que no es serio. Es alegre”, dijo.
Staples ha vivido en Coral Gables desde 1999 con su esposo, un artista ya fallecido, y su hijo. “Enseñé arte y pasé por delante de esta iglesia durante muchos, muchos, muchos años sin prestarle atención. Pero finalmente llegué aquí”.
Durante su camino de fe, asistió a una conferencia de formación sobre la historia de la Iglesia, impartida por el P. Manny Álvarez, párroco de Little Flower. El sacerdote habló de los santos, centrándose en San Juan de la Cruz. Staples quedó tan fascinada por el santo que se acercó al P. Álvarez después de la conferencia, se presentó y le pidió más información.
Después de leer e investigar un poco, llegó a la conclusión de que “si al P. Manny le gusta San Juan de la Cruz, él está dentro. Se está conectando a esa tradición viva, apasionada, de misticismo y alegría misteriosa, que es muy poderosa. Es viva, espiritual, actual y real, como el P. Manny, el P. Andrew (Tomonto, vicario parroquial) y las hermanas (carmelitas, que administran la escuela)”.
“Tuve el honor de bautizarla y darle la bienvenida a la Iglesia, la pasada Pascua”, dijo el P. Álvarez. “Y desde entonces, se ha unido al coro y ha formado parte de otros ministerios”.
Después de una Misa dominical en el otoño de 2022, Staples sorprendió al P. Álvarez con un regalo de Navidad anticipado. Se ofreció a volver a pintar las figuras del pesebre que la habían desilusionado el año anterior, utilizando el talento artístico que antes daba por sentado, pero que ahora reconoce como dado por Dios.
“Este es un verdadero ejemplo de la acción del Espíritu Santo en la vida de un nuevo católico”, dijo el P. Álvarez.
Conectó a Staples con Jorge Santibáñez, el coordinador de vida parroquial y director de educación religiosa de Little Flower. Él le ayudó a organizar su horario semanal y le encontró un espacio para un estudio improvisado entre la iglesia y el Comber Hall.
“Kathleen ha sido un regalo para nuestra parroquia, y no me sorprendió que se ofreciera a llevar a cabo un proyecto como este. A medida que la hemos ido conociendo y queriendo, no ha dejado de sorprendernos con su talento y su espíritu humilde y generoso”, dijo Santibáñez.
A finales de octubre, a la sombra de un enorme aguacatero, Staples empezó a “renovar” las imágenes. Trabajando en una imagen de resina a la vez, repintó las estatuas de Jesús, María y José, un ángel, los Reyes Magos, los pastores y los animales. Repintar solo la imagen de María le llevó una semana.
“Dijo que María la había guiado en la forma de pintarla”, dijo Santibáñez, que recordó que Staples casi había terminado la cara de la Virgen una tarde y volvió a la mañana siguiente para hacer algunos cambios.
“Aunque confiaba en que haría un buen trabajo con el proyecto cuando le dimos el visto bueno inicial, no pensé que quedaría tan impresionado por su maestría artística y su amor y pasión por el trabajo”, dijo Santibáñez.
Cuando el Florida Catholic se puso en contacto con Staples a finales de noviembre, ella estaba trabajando en el ángel, que ahora lucía una larga túnica de color escarlata, piel y cabellos claros. Había trabajado en su casa las alas, ahora de un dorado intenso, porque afuera le era difícil a veces.
“Es difícil hacerlo hoy porque hay brisa, y estoy trabajando con pinturas al agua, una pintura de capa, pintura de casa para las vestiduras, y una pintura acrílica más artística para la piel, que se seca en cuanto la pones en el pincel”, explicó.
A pesar de todo, la cara del ángel, así como las demás caras, parecían esculpidas, una proeza sólo posible gracias a manos expertas en sombreado, contorno y arte.
El 28 de noviembre de 2022, el pesebre fue inaugurado y bendecido por los sacerdotes de Little Flower ante un grupo de feligreses. Staples estuvo presente y cantó en el pequeño coro reunido para el evento. Después, posó feliz delante del Nacimiento. Pero la obra de un artista nunca está terminada.
“Mientras hablo, ella sigue trabajando en otra estatua. Es un verdadero ejemplo de fe, incluso para su párroco”, dijo el P. Álvarez.
“No somos idólatras, pero son símbolos y expresan”, dijo Staples, “y es importante su aspecto y lo que dicen”. Entonces, “¿es posible que digan algo que sea brillante, que sea radiante?”